Con una ducha se sienten mejor

Para Esteban Wilfredo Monroy bañarse es una necesidad tan natural como alimentarse. Pero el guatemalteco de 20 años no todos los días puede hacerlo.

Él salió de su país natal el 18 de mayo en búsqueda de una mejor oportunidad laboral en Estados Unidos, pero cuando llegó a Nuevo Laredo el 24 de mayo lo regresaron.

Para cuando llegó a Monterrey y encontró lugar en el albergue de la Parroquia Santa María Goretti, tenía dos días sin bañarse.

"(Al) ducharme me relajo un poco. Es cierto que ando muy apenado y ando así muy nervioso. Después de bañarme me duermo un par de horas para tranquilizarme".

Ahora, él y su amigo Fernando de Jesús González, de 42 años, también de Guatemala, acuden al espacio DúchaT, de Cáritas de Monterrey, donde les dan artículos de higiene personal y les prestan una de las dos regaderas para bañarse.

"La base es asearnos y creo que es la...

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