Lo suyo era el drama

A diferencia de muchos actores de su generación (la del 46), Gonzalo Vega se formó actoralmente en la pantalla grande.

Fue en el séptimo arte donde se hizo famoso y, después, en la década de los 80, saltó a la televisión para dejar huella en numerosas telenovelas, como "una de Lobos" El cineasta Arturo Ripstein siempre vio en Vega a un actor intuitivo al que le corría la dramaturgia por las venas. Le ofreció en 1968 un pequeño papel en la cinta, "Los Recuerdo del Porvenir", basada en la novela de Elena Garro.

No obstante, el actor debutó oficialmente en "Las Pirañas Aman en Cuaresma", de Francisco del Villar, que inició su rodaje antes que la de Ripstein, a inicios de 1969.

En "Los Recuerdos...", su segunda película, el actor, quien tenía como background estudios en Filosofía y Letras en la UNAM y algunas obras de teatro, entre ellas "La Ronda de la Hechizada", de Hugo Argüelles, tomó confianza al lenguaje cinematográfico.

Se desenvolvió con soltura en sus siguientes proyectos, varios de ellos dirigidos por Rogelio A. González ("Por Qué Nací Mujer", "La Agonía de Ser Madre, Rosario").

Estos trabajos le abrieron la puerta con realizadores que destacaron en los...

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