Dos Rosas en la literatura: Del cuerpo y sus viajes

AutorRosa Beltrán

Leer Los viajes de mi cuerpo, de Rosa Nissán, me dio un poco de angustia. Mucha angustia, más bien. Muchísima, si soy honesta y trataré de serlo, la verdad es que leí este libro francamente angustiada. Por qué. Esto es lo que yo quisiera saber, por qué. Si todo empezaba tan bonito: "Hace seis meses que estoy separada. Mi cuerpo ha empezado a pedir, mis fantasías enterradas desde hacía mil años resurgen". Promesas eróticas, pensé. ¿Qué nuevas promesas eróticas pueden hacernos que hagan que un libro no se nos caiga de las manos después de los besos violentos número, digamos, ocho? Novelas de amor y lujo. Este es el género narrativo que más vende en España, después del de autoayuda y superación. Porque necesitamos que alguien nos asegure que todo está bien contra toda evidencia, contra la reciente invasión en Iraq, contra la pasada marcha de maestros muertos de hambre, a pesar del Fobaproa y la pobreza extrema y el 1.5 por ciento de libros anuales que se leen en México, a pesar de todo eso o por eso necesitamos que alguien venga y nos diga que todo está bien y que podemos ser felices y nos enseñe "cómo hacernos millonarios sin dejar de ganar el salario mínimo" y todas esas cosas que dicen los libros de autoayuda. Y por eso el 0.5 por ciento de los libros que lee un mexicano al año es de autoayuda. Pero una parte sustancial de ese 1 por ciento restante está destinado a las novelas de amor y lujo. Y no es que esté contra ellas, si alguien sabe hacer bien su oficio, de hecho, si alguien sabe hacerlo más que bien puede hacer de ellas una refinada obra de arte. ¿O no es éste el tema de Ana Karenina y en buena medida de las novelas de Jane Austen? Pero al comenzar el libro de Rosa Nissán me di cuenta de que estaba frente a un caso muy distinto. Abriéndolo apenas (en la página 14 para ser exactas) pude percatarme de que la protagonista va a una fiesta de solteros (o sea que aquí no había amor) y unas páginas adelante, que viaja en tren con una amiga, en segunda (o sea que no había lujo). En qué consistía la promesa erótica, entonces, me dije. En la garantía de un viaje, contestó Lola Luna, la protagonista de esta historia. Viaje a dónde. Al lugar más exótico y fascinante, me azuzó con coquetería. Y cuál es ese. Tu propio cuerpo.

Algo parecido al terror, en realidad era terror sólo que intento hacerlo menos obvio llamándolo "algo parecido al terror", ya saben, trucos del oficio, comenzó a gestarse. Cuándo fue la última vez que viajé a ese lugar, se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR