Una de dos
| Autor | Rafael Aviña |
En medio de las exitosas, espectaculares y excesivas visiones urbanas de un nuevo cine mexicano de claras aspiraciones mercadotécnicas que arrancó con Sexo, pudor y lágrimas, seguido por cintas como Todo el poder, La segunda noche, De la calle, El segundo aire, Vivir mata y Ciudades oscuras, entre otras, las pantallas nacionales se han topado con un inesperado regreso a los temas del campo.
En ese sentido, una película como Una de dos, próxima a estrenarse, dirigida por Marcel Sisniega, con un guión suyo y del escritor Daniel Sada, a partir de su novela homónima, resulta no sólo una verdadera sorpresa, sino una suerte de obra a contracorriente respecto a lo que se produce actualmente de cine mexicano. De entrada, el filme carece de cualquier pretensión autoral o temática, está protagonizada por Tiaré Scanda, una actriz que ha evitado el encasillamiento, al frente de un sólido grupo de actores poco conocidos y de extracción teatral, como es el caso de la muy eficaz Erika de la Llave, Antonio Peñañuri, Tara Parra y Andrés Paravé, entre otros, y por si ello fuera poco, la idea central es recuperar la ingenuidad de las comedias rancheras de antaño, un género que alcanzó su esplendor entre los años 30 y los 50, a partir de Allá en el Rancho Grande (36) y que cayó en un bache de fórmulas preconcebidas en los años 60 a la muerte de figuras como Infante o Negrete.
Armada a través de divertidas viñetas, personajes arquetípicos de la provincia mexicana que evitan el trazo grueso y brillantes giros coloquiales en los diálogos, obra de Sada, en Una de dos, están ausentes las típicas secuencias de sexo, violencia y sordidez que se han convertido en lugar común de nuestro cine. "Había unos productores interesados, siempre y cuando le incluyéramos escenas de sexo, y nosotros dijimos: ¡No! Quisimos mantener la historia de provincia, una comedia ranchera, donde no hay uno o dos muertos para atraer a la gente, Esta es una comedia ranchera como las que se hacían en los años 40" -Sisniega dixit.
Sin más pretensión que entretener, Sisniega y Sada narran la historia de dos hermanas gemelas huérfanas inseparables, las señoritas Constitución y Gloria Gamal, dedicadas a la costura y bien interpretadas por Scanda y De la Llave en un pequeño pueblo del Norte del país, así como el amorío que emprenden con el mismo hombre, Oscar Segura (Peñañuri), un rancherote ingenuo y algo atarantado, quien no se percata que se trata de dos mujeres y que las visita domingo a...
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