Domingrillo

Slim no quiere ser catastrofista, pero le habló a la Reina Madre de Jordania... por cobrar.

Y ante los ataques, ella le habrá aconsejado: "¡Diles que ya no te jo...rdañen!". Pero, definitivamente, no es catastrofista, pues no pidió que le roguemos a la Virgencita de Guadalupe: basta con que le recemos a San Borns. Claro que está preocupado: ya no es el primero ni el segundo, sino el Telcel hombre más rico del mundo. Además, solo dio su opinión, pero de la verdad no pretende tener el monopolio. La bronca para el gobierno fue decidir quién le contestaría. Carstens no, porque le pasan el cuentón de las veces que se ha ido de Sanborns sin pagar el desayuno. Tampoco Gómez Mont, por el conflicto de intereses: tiene bufete y Slim vende buffets. Ortiz Martínez le debe la vida, pues lo rehidrató un día que probó los chilaquiles de su restaurante y sudó más de la cuenta. Sólo quedaba, pues, el Secretario del Trabajo: si con el hombre más rico del mundo hay que cortar, que sea por Lozano.

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¡Qué ingrato es Téllez!: Salinas lo metió al Lear Jet Set de la política.

O quizá esté molesto porque don Carlos lo nombró subsecretario de Agricultura, pero con el Profe Hank: ese sexenio no tuvo chance y se quedó Téllez en pobre político. Pero, además, su comentario puede tomarse como defensa de Salinas: dijo que SÓLO se robó la mitad de la partida secreta. Acepta que no está tan bien fundamentada su crítica al que se pasó de vivo como su dictamen contra los pilotos. Y eso de que López Portillo destrozó al país lo ratifica en todos sus términos. Aparte, en realidad no se le olvidó apagar el celular: lo grabaron por la mala calidad de los aparatos que vende Slim. Y como no acepta que lo desacrearisteguin pondrá una demanda contra la señora Pando que lo puso como al otro osito panda. Por lo que respecta a Salinas no ha contestado ni lo hará: no puede haber pleito entre dos de los cerebros más brillantes de este país.

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Tampoco el entrenador de la Selección es catastrofista: se llama Eriksson como los...

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