Domina Bossi la agenda italiana

AutorIrene Savio

Corresponsal

ROMA.- Su expresividad y un lenguaje propio del populismo demagógico han hecho del antieuropeo y xenófobo Umberto Bossi, líder de la secesionista Liga Norte y aliado de Silvio Berlusconi en el nuevo Gobierno de Italia, el gran triunfador de los comicios del 14 y 15 de abril.

Sus 25 representantes en el Senado (de un total 315) y los 60 en la Cámara de los Diputados (de 630 que hay) han sido el tanto que Bossi necesitaba para seguir ejercitando un peso político del que ahora depende Berlusconi para mantener su mayoría parlamentaria y, por extensión, el Gobierno de centroderecha.

Para lograrlo, Bossi ha empleado la sombra de la inmigración en el norte del país, que es también la locomotora económica de Italia.

"Ellos han sufrido la inmigración, ahora viven en las reservas", recita uno de los emblemáticos carteles electorales que la Liga Norte ha utilizado para trasformar ese 4.5 por ciento de los votos obtenidos en los comicios de hace dos años en un 8.3 por ciento actual.

Instigar el "peligro" de la inmigración en el territorio donde vive 60 por ciento de los extranjeros de Italia ha sido una de las recetas más exitosas de Bossi, pero no la única. También ha jugado un papel importante la capacitad que ha tenido de extirpar a la izquierda de su tierra natal.

"La Liga celebrará 2008 como el año en el cual le arrebató definitivamente a la izquierda italiana el mundo donde ella nació hace más de un siglo y medio: el Norte industrial, sus llanuras y sus valles", escribió el politólogo Gad Lerner en La República.

Bossi nunca se distinguió por su fidelidad. En 1994, retiró el apoyo al primer Gobierno Berlusconi y dejó sin mayoría a la centroderecha en el Parlamento.

"Soy antiideología; es decir, soy anticomunista y antifascista, porque como todos sabemos, han fracasado los sistemas basados en la economía. Si se vota al centro-izquierda, se vota a la oligarquía del Norte; si se vota al centro-derecha, al Polo de Berlusconi, se vota a la mafia, a la oligarquía del Sur", repetía en 1996 en sus mítines.

Ni tampoco se distinguió por su honestidad. En los 90, cuando se llevaba a cabo la "Operación Manos Limpias" contra la corrupción, Bossi se transformó en el gran inculpador de los viejos partidos del poder y enemigo "número uno" del ex comunista Partido...

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