Domina arte emergente

AutorSergio R. Blanco

Piezas arriesgadas y frescas de creadores jóvenes destacan entre las más de 700 obras que exhibe México Arte Contemporáneo (MACO) en su cuarta edición.

Aunque entre los trabajos expuestos por 84 galerías nacionales y extranjeras también pueden encontrarse obras "clave" de autores consagrados como Gabriel Orozco -de quien se presentan las Banderas (2003) que marcaron su retorno a la pintura (Galería Kurimanzutto)-, y Jannis Kounellis, el maestro griego del arte povera o pobre (Galería Carles Taché, Barcelona), la feria es un escaparate de creaciones producidas en su mayoría durante la última década, destacando en número las propuestas de artistas emergentes menores de 40 años.

"En muchas ferias del mundo siempre hay stands referidos a las vanguardias históricas locales. A mí me sorprendió mucho MACO, porque presentándose en México, que tiene una historia del arte muy rica, no hay nada de todo eso. O sea, la apuesta por lo contemporáneo es categórica", comentó el argentino Alberto Sendrós, director de la galería del mismo nombre, que participa en la feria por primera ocasión.

Pasear por los stands supone ir encontrando obras que, en primera instancia, buscan atraer la atención del visitante, ya sea por la utilización de materiales novedosos y llamativos, por el uso poco convencional de técnicas tradicionales como el óleo y el acrílico, o por la transgresión de legados culturales.

Un ejemplo es la pequeña pieza An apple a day (Galería P/M, Toronto), realizada este año en México por el canadiense Robert Waters (1974), que presenta el busto de Jesucristo sostenido sobre una cola de serpiente móvil de unos 30 centímetros de largo.

El artista se apropia de una decena de figurillas de resina compradas en un pasaje comercial del Centro Histórico para convertirlas literalmente en rodajas que, en conjunto, buscan provocar una reacción -de asombro, repudio o hilaridad- ante el supuesto "sacrilegio".

"Su título hace referencia a la manzana como tentación. Su traducción es algo así como 'ten una tentación al día y serás feliz'", explicó el artista.

La escultura Solaris (Conner Contemporary Art, Washington) del artista mexicano residente en Nueva York Leo Villareal (1957) contiene luminiscencias cambiantes generadas mediante un programa de cómputo inspirado en los trabajos del matemático John Conway, creando una secuencia de 16 millones de colores donde nunca se repite la misma imagen.

El español afincado en la Ciudad de México Armando Miguélez (1981)...

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