Dolor y llanto

AutorCésar Rubio

Cuatro horas bajo el Sol, caminata por vías sinuosas y la impotencia de no poder cambiar la historia derivó en lágrimas de millares de asistentes a la Judea en Vivo, en San Martín de las Flores, en Tlaquepaque.

Las emociones fluctuaron, pasaban de la tristeza al coraje, cientos de rostros cambiaban su aspecto constantemente mientras Cristo era apedreado, azotado y ofendido verbalmente.

La explanada de la Plaza Principal lució a reventar, pues las gradas instaladas en la periferia del escenario donde se emuló el juicio de Cristo ante Pilatos no daban abasto para darle espacio a todos los católicos con la fe a flor de piel, a tal grado que hubo quien se subió a la estatua de Emiliano Zapata para alcanzar a ver y no perderse ni una escena.

En primera fila, detrás de la valla metálica, María Rosa, de 75 años, quien acude por primera vez al acto que tradicionalmente se conmemora desde hace 223 años, mira detenidamente cuando Cristo carga la cruz de más de 110 kilos con rumbo al Cerro de la Cruz.

"Gracias a Dios es la primera vez que me dio licencia de venir a ver todo, me da mucho gusto, pero tristeza a la vez de ver cómo golpean a Dios nuestro Señor", dijo con voz entrecortada Arcelia Jiménez, una asistente.

"Tanto tiempo que lo han hecho y no me di la oportunidad, pero...

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