Dolor inmortal

ENVIADO

NUEVA YORK.- LA MUERTE de su mentor, el Profesor X, pero sobre todo la de Jean Grey, cuya sangre pesa en sus propias garras de adamantio, dejaron a Wolverine (Hugh Jackman) con heridas que ni siquiera su poder de autocuración ha logrado sanar.

Además, su inmortalidad se ha convertido en su peor tormento, pues sabe que nunca podrá tener una vida normal.

A menos que algo ocurra en Japón, lugar a donde su destino lo ubica en Wolverine: Inmortal.

Ahí se reencontrará con personas de su pasado que pondrán a prueba su futuro. El personaje tendrá la oportunidad de olvidarse del dolor y morir por primera vez.

"Una de mis partes favoritas de la película es la escena donde está en una aldea (Nagasaki, en la trama), después de haber estado cortando madera, se sienta y dice 'estoy cansado", compartió Jackman.

Y es que el personaje sufre una pérdida gradual de sus poderes, víctima del plan macabro de la mutante Viper (Svetlana Khodchenkova) y un viejo magnate japonés con herencia samurai.

El filme sobre el emblemático personaje, que está en casi mil 600 salas de cine, se ubica temporalmente luego de X-Men: La Batalla Final (2006).

"Me pareció un momento muy dramático para el personaje, no sólo porque se esconde de muchos porque no les agrada, sino porque ya no quiere herir a nadie más", detalló el director James Mangold.

Precisamente...

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