Peso y dólar: estabilidad cambiaria o apreciación excesiva

AutorHilario Barcelata Chávez
Páginas243-244
La Economía Mexicana. Crisis y reforma.
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Hilario Barcelata Chávez
243
De lo anterior podemos concluir que el problema no es la falta de ahorro, sino la
incapacidad de ahorrar por tener un nivel de ingreso de una magnitud tal que no
permite ahorrar. Es claro, si no hay ingreso no hay ahorro.
Así que para resolver el problema de la falta de ahorro interno no es precisamente la
mejor solución recurrir al ahorro forzoso que significan las Afores, porque ello no
resuelve el problema de las fuentes reales del ahorro, que debe ser la expansión
constante del ingreso. Lo más eficaz es, sin duda, propiciar el incremento del ingreso
de las familias y las empresas, pues en la medida que éste crezca, también crecerá el
ahorro. Y no sólo eso, también crecerá el consumo, lo cual es fundamental para elevar
los niveles de ventas de las empresas y con ello su expansión y la creación de otras
nuevas, con el consiguiente efecto de incrementar el empleo y con ello el ingreso
global y, por esa vía, el ahorro interno social. Es decir, para incrementar el ahorro es
necesario reconstituir las estructuras productivas de la economía mexicana. Sin ello no
puede haber ahorro.
Resulta, así, que la estrategia para resolver el problema del ahorro está mal enfocada.
Primero hay que crear las fuentes del ahorro y para ello es necesario abandonar la
política de contracción del salario y las restricciones al incremento del gasto público
(que sirve para invertir y generar empleos). Factores, estos, que son esenciales para
generar una corriente de ingresos que propicie el ahorro.
Esa política, desde luego, resuelve también el problema de la falta de dinamismo de la
economía interna, del desempleo y del bienestar social de la población. Y, si ello puede
lograrse por esa vía, resulta difícil explicarse por qué el gobierno mexicano no adopta
una política de esta naturaleza. A mi juicio son tres las razones que explican esto
último. Primero, el fundamento teórico de la política económica que establece que no
es el consumo lo que hay que expandir sino el ahorro (teoría monetarista). Segundo,
porque se considera que la economía no tiene posibilidades de incrementar el ingreso
si primero no se incrementa el ahorro, ya que no se reconoce que exista una conexión
directa entre ingreso y ahorro. Y tercero, porque el único agente capaz de incrementar
el ingreso es el Estado, pero ello resulta riesgoso porque lo haría a través de
incrementar su deuda, los impuestos o expandir el déficit presupuestal. Factores, todos
ellos, desde la perspectiva oficial, causantes de todos los males que aquejan en la
actualidad a la sociedad.
La realidad es que si no se reformula la política económica en materia de ahorro e
ingreso ningún programa de financiamiento al desarrollo podrá tener éxito y, lo más
grave, la recuperación económica y el bienestar, tardarán más en llegar.
PESO Y DÓLAR: ESTABILIDAD CAMBIARIA O APRECIACIÓN EXCESIVA
2 de octubre de 1997
El manejo de la política cambiaria ha dado resultados positivos desde la perspectiva
del Banco de México, el cual busca con dicha política evitar que el peso se devalúe
frente al dólar. Ello como una estrategia para controlar el fenómeno inflacionario y,
desde luego, hacer atractivo el país a los inversionistas extranjeros. De este modo el
tipo de cambio se ha mantenido estable durante el presente año contra todos los
pronósticos de los analistas que calculaban un nivel de paridad alrededor de los ocho
pesos con cincuenta centavos.
Hoy está claro que las autoridades monetarias utilizarán todos los medios a su alcance
para evitar la pérdida de valor del peso frente al dólar. El problema de ese objetivo
tiene, sin embargo, dos serios inconvenientes que hay que considerar:

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