Doblemente ¡sofocante!

AutorAntonio Martínez

MONTERREY.- Sofocante, asfixiante e incluso irrespirable.

La onda de calor que se registró en Nuevo León a lo largo de la semana, con temperaturas mayores a 40 grados, fue un agobio para los habitantes del área metropolitana; incluso hay quienes sufrieron más por trabajar cerca del fuego.

Grupo REFORMA documentó el calvario que enfrentan quienes desempeñan oficios que exigen demasiada exposición a altas temperaturas. Los trabajadores viven obligados a consumir entre cinco y 10 litros de agua al día, lo cual es hasta el doble de lo recomendado, y están en riesgo latente de sufrir golpes de calor, entre otros malestares.

PARRILLERO

·Daniel de la Rosa prepara diariamente costillas bajo el sol y el fuego del asador.

·Julio Alberto Soto, quien labora en el negocio Pollos y Carnes Asadas El Fénix, ha sufrido golpes de calor.

COCINANDO ...Y ASÁNDOSE

Soportar hasta 50 grados centígrados no es para cualquiera, pero sí para quienes trabajan directamente en asadores en los días más calurosos del año.

El carbón se enciende desde las 9:00 horas en los comercios de pollos asados y costillares, y hay que permanecer frente a la lumbre intensa al menos unas seis horas consecutivas para preparar adecuadamente los alimentos.

"De repente me ha dado golpes de calor, pero por eso uno trata de mantenerse hidratado. De repente te da el bajón y te sientes mal, como si te bajara la presión", dice Daniel de la Rosa, de Las Costillas de Pablo A. de la Garza.

"Está bien canijo, aquí estamos tomando agua todo el día, de perdido unos cuatro, cinco litros, agua y agua", señala.

Con los cortes del suministro en la ciudad, incluso ha llegado a batallar con el acceso a agua potable en los establecimientos, lo que aumenta el riesgo.

El fuego se intensifica en fin de semana para este tipo de negocios, ya que la producción crece al triple y la labor es constante. "Los sábados acabas bien rendido porque ya estás todo el día y es mucho, mucho trabajo", afirma de la Rosa.

Julio Alberto Soto, quien labora en los Pollos y Carnes Asadas El Fénix, en la Avenida Pablo Livas, también enfrenta las dificultades de trabajar ante la parrilla en los días más calientes.

Con 25 años de experiencia, Soto labora bajo láminas que concentran un sofocante calor, y junto a un asador que llega a quemar los brazos por su temperatura de hasta 46 grados.

Llega cerca de las 10:30 horas a su establecimiento y a pesar de que ya lleva años en el negocio, dice que no hay quien se acostumbre al intenso calor.

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