Escenarios/ La Divina Fauna

AutorLuz Emilia Aguilar Zinser

Tres puestas en escena del grupo de Tijuana, La Divina Fauna, dirigido por Edward Coward, se presentan en el Centro Cultural Helénico en breve temporada. En común los tres espectáculos comparten la brevedad. El tratamiento formal y temático difiere de uno a otro.

Soledad, espera, desesperación, vacío, reniego de sí en una seductora vuelta de tuerca de la autocompasión a la autoironía, son el sustrato de Historia de China, farsa que tiende intensa, viva correspondencia con el público que llena la cafetería del Helénico, donde tendrá su última función el próximo martes 26 de septiembre.

Junto a un árbol que nace en el suelo del negocio y atraviesa con su fronda la techumbre tiene lugar la representación. Ese elemento se aprovecha, se integra, como el resto del entorno, en una apreciable sensibilidad al espacio por parte del grupo de teatristas.

La China anhela, espera, mira la televisión, bebe tequila en un vaso para niños, habla con su terapeuta, consigo misma, con una gallina que la acompaña cual mascota, cual espejo, alter ego. Busca el rumbo el protagonista en los horóscopos, el rezo, el grito, el lamento, el silencio.

La confesión al médico se repite tres veces con palabras casi idénticas y distinta orientación en el espacio, los gestos, el tono. La primera vez Héctor Jiménez-La China, habla de espaldas al público y sesgado hacia la derecha. De cara a la audiencia y orientado a la izquierda se expresa la segunda vez. Acaba por completo de frente a los espectadores en el tercer pronunciamiento del texto aludido. Este trazo marca la evolución del personaje en fina urdimbre de entonaciones y gestos. Deliberada afectación, lloriqueos, una estridente tonalidad caracterizan la entrada. Furia juguetona, satírica dan color a la segunda entrevista con el médico. Al final el personaje-actor habla monocromático, sin llanto, sin exaltación, habitado por una conciencia dolorosa, serena, casi en silencio devastadora de su condición, de su soledad y el sin sentido de la espera.

Un vestuario diverso, vistoso y la contrastante, por momentos humorística pista de música coadyuvan a fijar el tono grotesco y dar redondez al soliloquio con árbol y gallina.

Pedro y Lola y Guía Nocturna, se llevan a cabo en El Teatro, del mismo Helénico. Comparten ambas puestas la referencia a Cartas a un Joven Poeta, de Rainer María Rilke. Sobre el tablado se concentran los espectadores para ambas representaciones, de espaldas a la gradería que se deja a oscuras.

Un altar que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR