La diversidad al interior de los reclusorios

Eduardo HernándezCIUDAD DE MÉXICO, junio 23 (EL UNIVERSAL).- Este sábado se llevará a cabo la Marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI) en la Ciudad de México, misma que cumple 40 años, y celebrará los derechos que se han ganado durante este periodo, aunque son miles los asistentes, otras personas no podrán asistir por diversas causas, como en el caso de Martha, Santiago y Mariana.

Ellos son parte de las 426 personas integrantes de la Comunidad LGBTTTI que están privadas de su libertad en el Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, y aseguran que estos derechos que se han ganado en los últimos años también los benefician a ellos en el interior de los penales.

Martha, cuyo verdadero nombre es Martín, esta interna en el Reclusorio Norte desde hace cuatro años, y en octubre volverá a pisar las calles debido a que cumplirá con su sentencia, y anhela retomar su vida con su pareja con quién lleva 30 años de relación. Ella es transexual, y aunque está en un centro de reclusión junto con miles de internos hombres, y tiene que usar el mismo color de ropa, se las ha arreglado para verse femenina y resaltar el cuerpo que ha logrado con base a hormonas.

"Mi familia siempre me ha aceptado, mi papá era un poco homofóbico, pero me dijo que siguiera mi camino y que no se metería en mi vida. Me comencé a vestir de mujer a los 13, una de mis hermanas, bien linda, me regalaba mis brasieres, sus zapatillas. No me he operado, desde niño me inyecté hormonas, aceites, cosas", recuerda.

En entrevista refiere que fue acusada de un fraude, aunque no quiso detallar su caso, recuerda que al llegar al reclusorio temía por su seguridad, pues no sabía qué pasaría con ella al ser una persona trans; sin embargo, esto la ayudó para que la colocaran con gente de la comunidad LGBT, y así desenvolverse como lo haría en libertad.

Es originaria de Veracruz y recién cumplió 50 años, relata que llegó a la Ciudad de México cuando tenía 18, y desde esa fecha se dedicó a realizar shows travestis, aunque su gusto por vestirse como mujer fue desde que tenía 13 años. Ahora, después de cuatro años, Martha sabe cortar el cabello y lo realiza entre sus compañeros, incluso los días de visita ofrece sus servicios como estilista con los familiares.

"Nunca había estado en una cárcel, pero la verdad he conocido gente muy buena, tenemos cursos aquí, soy estilista, aquí aprendí; afuera yo daba show travesti, trabajaba en el 33, un...

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