Diversión para muggles

AutorJonathan Garavito

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ORLANDO, Florida.- Antes, cuando estaban hechas de puras letras salidas de la imaginación de J.K. Rowling, sólo magos o jóvenes alumnos de Hogwarts podían deambular por las calles de Hogsmeade. Hoy el barrio es "de verdad" y ha abierto sus puertas a los simples mortales, también conocidos como muggles.

De un lado a otro corren niños con bolsas repletas de pedazos de esta fantasía: dulces, playeras, varitas... cualquier cosa que compruebe a los amigos la existencia de este universo paralelo: El Mundo Mágico de Harry Potter, en Universal Islands of Adventure.

Desde las 10 de la mañana el Expresso Hogwarts anuncia su llegada cada 15 minutos al andén 9 3/4.

El hechizo de Honeydukes hace lo suyo. Persiguiendo ese olor a caramelo que despide el local, los niños están dispuestos a dar lo que sea por probar todo a su paso: cualquier sabor alimenta aún más a su ilusión, incluyendo el de los dulces sabor "cerilla" o "moco", que también esperan encontrar.

Los más valientes se montan en "El desafío del dragón", un juego con giros de 360 grados y caídas superiores a los 30 metros.

La jornada continúa con una visita a Ollivanders, la tienda especializada en la venta de varitas mágicas, donde todo alumno de Hogwarts obtiene la suya.

Al lado se encuentra "El correo de la lechuza", desde donde todos mandan postales para presumir su aventura a amigos y familiares.

En el restaurante "Las Tres Escobas" un anfitrión ataviado como mago les asigna una mesa. Ambientadores de las películas han tomado parte en todo este alboroto en el resort.

Niños, ¿un trago?

Por los pasillos de la taberna "Cabeza de puerco", algunos chiquillos andan con todo cuidado para no derramar el tarro copado de "cerveza de mantequilla" que sostienen inexpertos entre sus dos manos. Hinchados de orgullo limpian luego de su boca la espuma con sabor a vainilla.

Luego de refrescarse con un buen trago, hay que seguir la misión en el mundo mágico: tal como lo ha hecho el famoso Potter, surcando los cielos, los niños muggles no quieren quedarse atrás. Para ellos se creó "El Vuelo del Hipogrifo", una montaña rusa para que los intrépidos pequeños muestren su valentía.

Pero ningún sentido tendría esta aventura sin entrar a Hogwarts, por lo que a nadie importa permanecer más de media hora al rayo del sol para lograrlo.

Habitaciones secretas, la oficina de Dumbledore, el salón de clases de Defensa contra las Artes Oscuras, el invernadero y la sala común de Gryffindor son algunas de las paradas...

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