Diván Especial/ La cama: Usos según edades

AutorJosefina Leroux

Los romanos utilizaban sus camas para dormir, pero también para leer, escribir, comer y hasta para recibir gente.

En algunos aspectos, nuestras costumbres no son muy distintas a las de los habitantes de la Roma Antigua.

Para muchos de nosotros, no existe lugar más propio en toda la casa que la recámara, ni mueble mas exclusivo para cada uno que la cama.

En la cama pasamos gran parte de nuestras vidas soñando, ya sea dormidos o despiertos.

Si dormimos ocho horas diarias en promedio, pasamos entonces la tercera parte de la vida en nuestra cama. Y si le agregamos el tiempo en el que nos reponemos de alguna enfermedad y aquel en el que reposamos en ella, podríamos sumar muchas más horas de nuestra existencia ahí consumidas.

En la infancia

En la infancia, a los niños les encanta convidar a sus amigos a dormir a su cama; ponerse el pijama al tiempo que ellos y meterse bajo las cobijas juntos les hace sentir una mayor cercanía que disfrutan mucho. Equivale a una especie de simulacro por el que los invitados y los niños de la casa juegan a ser parte de la familia.

A los pequeños también les fascina brincar en la cama. Además de dormir en ella, puede convertirse de un lugar de reposo en un lugar de juegos donde se desatan las clásicas guerras de almohadazos.

Tan versátil es la cama, que no solamente puede ser un mueble divertido para los niños, sino también un laboratorio donde aprender..., ¿quién no recuerda el típico juego del doctor donde se experimentan las primeras reacciones de nuestro cuerpo al tacto de la mano curiosa?

Pero también es la cama, el lugar donde surge la vergüenza de orinarse por la noche y el trágico escenario para muchas niñas y niños, donde se perpetra el crimen del abuso sexual durante el cual se asesina su inocencia.

Durante el despertar adolescente

Mas íntima llega a ser la experiencia de la cama durante la adolescencia. En este mueble, los púberes son sorprendidos por los sueños húmedos, y donde emerge Eros acompañado de las primeras fantasías.

Bajo las sábanas ocurren enormes descubrimientos del propio cuerpo, es el lugar secreto donde se experimentan emociones nunca antes imaginables.

Pero también en el lecho, los jóvenes libran las más cruentas batallas consigo mismos, donde descargan el coraje que no se atreven aún a sacar a flote; donde empapan sus lágrimas por sus ensayos y amores frustrados.

La cama es el refugio favorito del adolescente para guarecerse de sus miedos y las realidad que lo amenazan; el sitio ideal...

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