Diván

AutorJosefina Leroux

Cuestión moral

P.- Atención, Josefina Leroux, me permito plantearle una cuestión moral, tomada de las diversas consultas que publica.

Se trata de la "licitud", que no veo se haga referencia a ella en muchos de estos casos. Me refiero a la infidelidad matrimonial o a los noviazgos con sesiones de sexo (incluso con algún hijo de por medio) sin que se haya constituido una familia ni por la ley civil ni por la ley religiosa.

No soy quién para poner un límite a la libertad. Otro caso, el de los "novios" con sesiones de sexo oral, entre hombre y mujer (en el menos mal de los casos) por miedo a tener hijos; otros entre parejas del mismo sexo.

Por mi parte pienso, tal vez me equivoque, que el sexo es algo para vivir dentro de un orden racional y no sólo como diversión o como goce y disfrute erótico, de esta capacidad de procreación de nuevas vidas.

Al menos me parece que la naturaleza del sexo es con ese fin natural, la procreación, ya que el matrimonio de un hombre con una mujer tiene, según K.W., un aspecto unitivo y otro procreador, según el orden natural y religioso. Cuando se olvida o se separa de esto, se convierte en un acto ilícito e inmoral; entendiendo la moral no sólo lo aprobado por la cultura, sino lo que dignifica a la persona y lo hace conseguir su fin natural (realización como persona) y el sobrenatural y subjetivo (la felicidad).

Los casos que se plantean muchas veces son situaciones de lujuria manifiesta (palabra que no he visto en sus comentarios).

Lo que más veo son buenos consejos sobre el diálogo, o buscar el erotismo al máximo, dejando algunas veces de lado la dignidad de la persona.

Entiendo la lujuria como el desorden en el uso de la capacidad creadora (es decir, el sexo entre hombre y mujer, y lo irracional entre parejas del mismo sexo).

Lo que se critica en la prensa y en algunos casos que usted presenta son la pedofilia (especialmente en grupos ligados a la Iglesia católica), cosa que a mi parecer cae en la actitud irracional (la pedofilia) y perversa, porque daña la vida psíquica de la persona desde su niñez y obviamente es un acto inmoral.

Y parece pasar por alto actos inmorales de la misma índole en otras religiones (que están documentados) e incluso actos de incesto que no salen a la luz y cuando salen parecen tan lejanos como el reciente austriaco que encerró y abusó de su hija durante 20 años.

La pregunta es, en los casos de lujuria entre adultos hombre y mujer, o parejas del mismo sexo, ¿dónde queda la dignidad de...

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