Diván

AutorJosefina Leroux

Dilemas con el padre anciano

P.- Mi padre quedó viudo hace 50 años y le dio a una hermana de mi mamá la custodia de sus hijos. Él prácticamente hizo su vida aparte y sólo nos escribía esporádicamente.

Ahora tiene 90 años y después de haber hecho varios malos negocios, se ha quedado solo y con muy poco dinero aparte de su mínima pensión.

Hace un año mi hermana le ofreció su casa por unos meses, pero ya está desesperada por el comportamiento de él; la otra hermana se limitó a quitarle la mitad del dinero que tenía y ya no le habla. Ahora me pide mi hermana que lo traiga a mi casa, pero fuma y mis hijos padecen de asma y el humo de cigarro les hace mucho daño y él no quiere dejar el vicio.

No sé qué hacer, mi esposa nunca se ha llevado bien con él; al irme a trabajar no sé como lo trataría. No encuentro una solución, estoy con el predicamento de apoyar a mi padre y dañar a mis hijos y mi ya tambaleante relación familiar; la otra alternativa es enviarlo a un asilo, pero sé que eso lo va a deprimir muchísimo. Él hizo eso con su única hermana y ella murió de tristeza en el asilo y no deseo tener ese cargo de conciencia, pero tampoco deseo perjudicar a mis hijos, ¿qué me sugiere?

R.- Cuando uno de los padres no fue cercano o bueno es muy difícil para los hijos atenderlo en la vejez; sólo los cristianos o los muy compasivos lo hacen. Pero además de ser una obligación moral, existe una ley que responsabiliza...

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