Diván 186

AutorJosefina Leroux

Segunda oportunidad

P.-Buenos días, Licenciada:

Leí el caso del joven que terminó con su novia porque cometía el mismo tipo de error una y otra vez, y la verdad me sentí identificada con su novia. También soy mayor que él tres años y a mí me sucedió algo parecido.

Terminé mi relación porque de un año para acá mi novio siempre llegaba tarde conmigo, me prometía que ya no sucedería, que yo era lo más importante. Hablábamos de lo mismo hasta el cansancio, y según él, reflexionaba (por él mismo, no porque yo se lo impusiera) y aceptaba que estaba cometiendo un error y cayendo muchas veces.

Cuando quedábamos en hacer algo, o por ejemplo, él en llegar a determinada hora a mi casa, siempre me llamaba a última hora diciéndome: "Ya voy para allá".

Y así me tenía toda la tarde, llamando, diciendo lo mismo. El argumentaba que por lo menos me llamaba para decirme (sí, pero a última hora, cuando yo pude aprovechar mi tiempo en otras cosas y creo yo una falta de respeto).

Las primeras veces no tuve problema, lo entendí, pero terminó por hacerlo ¡cada semana!

Aclaro una cosa: sé que debemos tener individualidad y compartir tiempo con nuestros amigos y con nosotros mismos, pero si se quiere tener un compromiso con alguien, creo que lo más justo es dedicarle tiempo. Se supone que en el noviazgo se debe quedar bien.

A mí me extrañaba esta actitud porque cumplimos cinco años de novios y siempre fue atento, servicial, y, créame, los primeros cuatro años él siempre estuvo conmigo puntual, no salía con amigos (porque él no quería, había veces que yo le decía que si deseaba salir algún fin de semana con ellos, lo entendería).

La gota que derramó el vaso fue cuando él cumplió años, días antes ya habíamos quedado en vernos temprano para festejarlo, así que yo bien ilusionada preparé todo y ¡me dejó plantada!

Me llamó, fácil, 10 veces (a mediodía iría con sus amigos a festejar, pero ya les había aclarado que se iría temprano para estar conmigo, a mí me consta porque yo estuve cuando se los dijo), me decía que sus amigos no lo dejaban irse..., en fin, un sinnúmero de pretextos. Sé que no es cuestión de infidelidad sino de comprometerse.

Créame, yo quedé tan desilusionada de eso, me sentí tan confundida, pensé que cómo era posible que yo le estuviera dedicando mi tiempo y que no lo apreciara.

Tomé la decisión de terminar. Me dolió mucho porque fueron cinco años, pero tampoco soy juguete de nadie. El me dijo que por favor pensara el tiempo que yo quisiera, pero que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR