DIVÁN

AutorJosefina Leroux

Madurez pospuesta

P.- Leí tu columna de la semana pasada sobre una hija adulta de 24 años, quien a pesar de ser toda una mujer hecha y derecha, su mamá habla de ella cómo si fuera una niña de 14 (a esa edad sí sería preocupante que mantuviera relaciones sexuales con su novio).

Creo y siento que ahora como sociedad, nosotros los padres tenemos la culpa de que nuestros hijos se sigan sintiendo jóvenes... ¡a los 30!, cuando hace 15 ó 20 años eran vistos como señores que debían trabajar y ser independientes.

Es nuestra culpa que no quieran independizarse ni dejar el nido porque como mamás decimos: "¡Pobrecitos!, si aún están chicos".

A los 24 años, ella está en la perfecta edad reproductiva, en la perfecta edad para iniciar una familia. Aunque acaba de terminar su carrera, ya es adulta.

Si ella está teniendo relaciones, no queda duda de que está consciente de las consecuencias que esto pudiera traerle.

R.- Sí, la madurez y autonomía se han pospuesto demasiado en México. En el pasado, las mujeres se casaban mucho antes y para los 24 ya eran madres de varios hijos.

Ahora, los y las jóvenes quieren disfrutar de la vida y posponer obligaciones; mantener relaciones sexuales antes de ser independientes es un ejemplo, distinto a la forma de vida de...

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