Discriminación laboral de las madres trabajadoras, una realidad social en México

AutorEsther Oropeza Ramírez
CargoMaestra en Derecho fiscal por la Universidad del Valle de México (UVM)
Páginas38-46

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"La protección a los derechos de las madres trabajadoras en nuestra realidad social es letra muerta, no obstante que la esfera laboral de nuestro país en las décadas recientes se ha destacado por la incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo".

El objetivo del presente artículo tiene su origen no solo en el sentido de justicia que debe guiar el quehacer del sistema jurídico de un país, como destaca John Rawls, sino en una demanda social viva, de un sector históricamente discriminado que hoy con su creciente visualización y organización exige el reconocimiento de sus derechos que tras años de estigmatización y de una lucha desigual sigue erigiéndose orgulloso de su identidad, de sus valores y de la diaria aportación a la construcción de un país: las madres trabajadoras.

Ante tales circunstancias, debe subrayarse la pregunta

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que nos orilló a realizar este estudio: ¿Qué se ha hecho para que nuestra realidad social -el incremento en el ámbito laboral del número de madres trabajadoras- no rebase los alcances de la legislación laboral?

No es una ironía el que las mujeres día a día tengamos mayor injerencia en el ámbito laboral, ya sea por cuestiones económicas, profesionales, etcétera, y que los derechos, -sí esos derechos de igualdad, de no discriminación, de libertad de ejercer la profesión-, se vean menoscabados.

Así, no debemos pasar por alto que en nuestros días la mujer aporta un toque de feminidad al mundo laboral; dejando atrás la limitada concepción de una mujer que desempeña únicamente roles de hija, hermana, madre y ama de casa; sin embargo, la sociedad, y propiamente, el Derecho, no ha creado medios idóneos para que la mujer incursione en el mundo laboral en iguales circunstancias que el hombre.

En ese contexto, es procedente mencionar que en el México de 1970, existía una población económicamente activa de 12,955,057, de la cual 2,466,257 eran mujeres; para 1980, la población femenil inmiscuida en el ámbito laboral era de 6,141,278, más del doble de la década anterior, esto contra los 15,924,806, que representaban los varones. Ya para el año 2000, con una población económicamente activa de 33,730,210 de los cuales 23,075,220 correspondía a hombres y 10,654,990 de mujeres; en 2010, tuvimos que eran 19,629,131 mujeres que laboraban y 31,749,746 hombres (Censos de Población y Vivienda del INEGI; años 1970, 1980, 2000 y 2010).

Conociendo lo anterior, es innegable la incursión de las mujeres en el ámbito laboral de nuestro país, lo que necesariamente nos obliga a proporcionar la protección necesaria y particular, pues no se debe olvidar que por naturaleza, las mujeres somos las encargadas de la procreación de los hijos, derecho humano que podemos o no ejercer, y que en el caso de hacerlo en muchas ocasiones la mujer se encuentra limitada en el medio laboral en el que se desenvuelve.

Es precisamente, en el ejercicio del derecho a la maternidad, cuando en el ámbito laboral surge la discriminación a las mujeres, desde el instante en que los empleadores para poder otorgar un puesto en sus empresas requieren presentar un certificado de no gravidez, y en muchos casos la encomienda de no embarazarse, pues vislum-bran la maternidad como un detrimento en su patrimonio, ya que ven a la mujer como un ente de producción de riqueza, dejando de lado el papel de madre que está en pleno derecho de ejercer.

Al respecto es importante definir qué es discriminación, para los autores Pedro Salazar Ugarte y Rodrigo Gutiérrez Rivas, se entiende como: "La acción de distinguir o separar unas cosas de otras, tomando en cuenta sus diferencias. Se trata de una noción neutral que no encierra juicio de valor alguno".

En el ámbito de la Sociología o del Derecho, este concepto ha ido adquiriendo significados más precisos. Como fenómeno sociológico, la discriminación se entiende como una de las tantas formas de violencia u opresión en las sociedades contemporáneas. Se trata de una violencia ejercida por grupos humanos en posición de dominio, quienes, consciente o inconscientemente, establecen y extienden preconceptos negativos contra otros grupos sociales determinados, que dan por resultado

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la exclusión o marginación de las personas que conforman a estos últimos. Tales preconceptos suelen estar basados en algún rasgo fisonómico (color de piel, género, discapacidad) o de identidad (étnica, sexual, religiosa,) que se convierte en un estigma de inferioridad (Pedro Salazar Ugarte y Rodrigo Gutiérrez Rivas, El derecho a la libertad de expresión frente a la no discriminación. Tensiones, relaciones e implicaciones, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Jurídicas / Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, 2008. Pedro Salazar Ugarte y Rodrigo Gutiérrez Rivas, Igualdad, No Discriminación y Derechos Sociales, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, México, 2011, p. 45).

Dicho de otra manera, la discriminación es una relación social en la que un grupo con capacidad de ejercer alguna o varias formas de dominio (económico, político, cultural) minusvalora o repele a otro grupo, colocándolo en una situación de desigualdad. Para hacerlo, se toma como punto...

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