EN EL DINERO / La magia financiera en el peso

AutorJoel Martínez

Apenas la semana pasada denostábamos al peso mexicano frente al dólar y alabábamos la decisión del banquero central de reconocer que la moneda debía perder valor frente a choques externos y... ¡Zaz! el dólar terminó por derrumbarse frente al peso.

El tipo de cambio al cierre de 2017 fue de 19.66 a la venta al mayoreo o interbancario y de ahí empezó una caída que fue arreciando con 19.18 pesos por dólar el 5 de enero, 19.04 el 12 de enero y 18.62 ayer.

Entonces ¿Qué? ¿Regresa el súper peso? ¿Resulta cierto lo que dicen las grandes corredurías (que para algunos son las que tienen la verdad absoluta), que el tipo de cambio debe ser abajo o alrededor de 18?

La verdad es que gran parte de lo que está pasando en favor del peso, es meramente financiero, es decir, que lo más seguro es que no sea duradero.

Desde diciembre y a principios de enero, como cada año, los grandes portafolios pusieron sobre la mesa sus estrategias, o sea, qué activos financieros les van a dar rendimiento y el preferido es con los mercados emergentes (ver "How to play Emerginng Market" de Reshma Kapadia en la revista Barron´s del 25 de noviembre de 2017, y Emerging Markets Dream Run could see a Reality Check in" en Bloomberg News).

Para los portafolios globales los países emergentes son "un bombón" porque los precios de los commodities de energía e industriales han subido en 2017 y lo que va de 2018.

Por ejemplo, en 2017 y lo que va de 2018 el precio del cobre subió 30 por ciento y el del petróleo WTI 19.

Obvio los portafolios ven más entrada de dólares en esos países debido al aumento de las rentas por venta de sus recursos naturales.

Suponen que habrá más gasto y por lo tanto más crecimiento.

Lo cual podríamos decir que es hipotéticamente cierto, sólo que en México... No aplica.

Y no aplica porque Pemex sigue siendo la misma empresa "chatarra", ya que la producción diaria de crudo se ha colapsado, pasó de 3.451 millones de barriles diarios en octubre de 2004 a 2.332 millones en febrero de 2015 y a 1.867 millones en noviembre de 2017 (último dato disponible).

Con esto, el efecto de los altos precios de petróleo ya no nos beneficia como antes.

Peor aún, la producción de gas natural, LP y gasolina se han ido al suelo.

En 2004 el 10 por ciento de la gasolina que consumíamos en México era importada, aumentó a 40 por ciento en 2014 y ahora es de 70.

Esto ha hecho que la balanza petrolera a 12 meses haya pasado de un...

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