En el Dinero / Banxico no, la Fed sí

AutorJoel Martínez

Para muestra basta un botón: el 11 de julio el bono de deuda gubernamental de Estados Unidos se ubicó en 2.45 por ciento; para el 14 de julio, anticipando el discurso de Greenspan saltó a 2.55, el 15 de julio, en pleno discurso del presidente de la Fed en la Cámara, el bono subió a 2.81.

Ayer los nervios se disiparon un poco y los bonos de 5 años de Estados Unidos bajaron a 2.77 por ciento.

Los bonos de 5 años de deuda de México, los M5, caminaron de la mano de los de Estados Unidos: 7.36 por ciento el 11 de julio, 7.46 el 16 de julio, 7.60 el 15 de julio y 7.56 el 16 de julio.

El mismo comportamiento tuvieron los bonos de 10 años.

Los bonos de deuda mexicanos son como espejo de sus similares norteamericanos, y parece que la relación va para rato.

Apenas hace dos semanas en esta columna ("Hay que mirar para el norte") se había anticipado que las tasas de interés mexicanas, lo mismo las de corto plazo (Cetes) que las de largo plazo (los bonos Ms), tenían atado su destino a lo que pasara en Estados Unidos.

Incluso, en esa columna se detalló que si en un futuro muy cercano aislamos la inflación como factor de influencia en las tasas, porque las expectativas confluyen con la meta oficial, el destino de los rendimientos de los Cetes y de los Ms prácticamente está pegado a lo que suceda con nuestro vecino del norte.

Se señaló que, en pocas palabras, las decisiones de política monetaria de la Fed tendrían efectos inmediatos en México.

Eso fue lo que sucedió antier en México en el mercado de dinero: el presidente de la Fed habló, y habló claro.

¿Qué dijo para afectar el mercado de tasas en México?

Greenspan declaró que las tasas de interés de corto plazo se mantendrán bajas el tiempo que sea necesario o que, si se requiere, las puede bajar más.

Es decir, seguirá una política monetaria acomodaticia.

Alan Greenspan también dijo que no usará instrumentos no ortodoxos o no convencionales de política monetaria, lo que se traduce en que la Fed no recomprará bonos de gobierno de largo plazo.

La incertidumbre sobre la recuperación económica norteamericana que se vivía en mayo y junio, despertó la idea de que la Fed podía bajar agresivamente las tasas de corto plazo y recomprar bonos de largo plazo, para mantener un intenso proceso de reestructuras hipotecarias que diera liquidez a las familias norteamericanas para mantener el consumo.

El rally alcista del precio de las viviendas ha permitido a las familias norteamericanas pedir nuevas hipotecas con tasas...

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