Dimisión inevitable

(Análisis de la noticia; Embargada para sitios de internet hasta las 24:00 horas locales)José Miguel Moreno(Economista y editor de "El Semanario")EL UNIVERSALCuando el primer ministro griego, George Papandreu, convocó de manera inesperada, sin una consulta previa ni con los líderes europeos, ni con su gabinete ni con su propio partido, el socialista Pasok, un referendo para que la ciudadanía decidiera si estaba de acuerdo con los términos del segundo rescate a Grecia, en realidad estaba cometiendo su propio suicidio político.Los líderes europeos, que lograron pergeñar un rescate in extremis, tras los desvelos de dos cumbres europeas, y muchos tiras y aflojas y tensiones, tanto entre los grandes socios de la eurozona como con la gran banca europea, no daban crédito a que, tras tantos esfuerzos, Papandreu arruinara todo con esa desafortunada convocatoria de referendo que dejaba además en evidencia la inoperatividad de Europa antes de la cumbre del G-20. El derrumbe en los mercados y la crisis política que desató lo convirtieron en persona non grata en Europa. Pero además, la revuelta llegó al partido socialista griego, donde varios legisladores lo abandonaron, así como dentro de su propio gabinete, donde el ministro de finanzas, Evangelos Venizelos, se enfureció con la decisión del referendo y lideró las protestas para desconvocarlo. Su salida, por tanto, era inevitable. Y así sucedió durante el fin de semana. Papandreu ya no tenía la fuerza política ni para impulsar la aprobación del programa de rescate en el parlamento griego, donde se precisa del apoyo de 180 de los 300 diputados que la integran, ni para negociar con Europa los detalles de un rescate que aún hay que amarrar. Todavía quedan muchos cabos sueltos...

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