Difunde taller tradición textil
| Autor | Daniel Santiago |
Durante la Colonia, un obraje era el lugar a donde los esclavos eran llevados para trabajar el tejido bajo duras condiciones.
Renato Holguín tomó este dato histórico y lo resignificó para darle nombre a uno de los pocos espacios de Monterrey, tal vez el único, donde las personas aprenden a manejar el telar y crear sus propias prendas. Lo llamó Obraje Norte.
En la pandemia, el artesano textil rentó en el Centro regio una casa de apenas tres habitaciones. Instaló ahí diferentes telares, máquinas de madera armadas por él mismo, donde los aprendices llegan para dar forma al tejido que cada uno se proponga crear.
"El telar es un instrumento que ha tenido su propia historia, su evolución, que te permite crear distintos productos", señala Renato, de 44 años.
Utilizando técnicas prehispánicas y hasta orientales, en Obraje Norte los estudiantes dan forma a rebozos, fundas, tapetes, brocados con acabados firmes, pulcros y finos.
Algunos de los aprendices buscan el autoempleo, otros lo ven como un pasatiempo y unos más como terapia.
Cecilia González conoció los talleres cuando Renato los impartía en el Centro Cultural Naranjos, del Tec de Monterrey. Ahora acaba de tejer una bolsa y prepara con estambre el entramado sobre un bastidor para comenzar alguna nueva obra.
"Siempre he sido admiradora de esos trabajos en las comunidades. Las tejedoras son unas súper artistas", dice esta mujer de 62 años, vecina del sur de la Ciudad. "Este taller es como una forma de entender su trabajo".
También están Sandra y su mamá, Gabriela Deutzman, ambas viajan cada sábado de Escobedo al Centro de Monterrey para asistir al taller.
Sandra toma su asiento frente al telar y retoma el tejido, su objetivo es crear las figuras del Sombrerero Loco y Jack Skellington.
"Soy fan de Tim Burton", dice la joven de 21 años, estudiante de psicología, al mostrar a estos personajes de película que colgará, tejidos, en alguna pared de su recámara.
A unos pasos está su madre, quien en un telar vertical se prepara para intercalar los hilos con los que dará forma a una colorida Xochiquetzal, diosa mexica de la belleza.
"Debes tener mucha paciencia", dice Gabriela, "aquí voy a utilizar como unos 200 hilos".
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TEXTILERO URBANO
Al ingresar a Obraje Norte salta a la vista la colección de telares que Renato ha fabricado. Los hay de diferentes tamaños, verticales y horizontales, como los que suelen ser vistos en el trabajo de textileras en el sur de México.
Cada pieza de estos mecanismos manuales...
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