Diferente bando, el mismo juego

AutorLuis Alegre

Juegan en distintos equipos y no se conocen entre ellos, pero hacen lo mismo: son los ojos de sus jefes.

Se paran atrás de las columnas de los portales, siguen a sus objetivos a distancia, se sientan en la mesa de al lado. Los más rudos pinchan los teléfonos ajenos y los más osados se confunden con ellos. Otros son más públicos. Toman fotos y video.

Pero todos cargan radio, celular, se paran en los teléfonos públicos para informar. En las novelas se llaman espías. En la vida callejera son los "monitores", los "espejos", las "orejas", los "chícharos", "los escuchas", las "campanas".

Por ejemplo, el pasado jueves los integrantes del CGH realizaron una marcha por el Centro de la Ciudad.

Ellos eran 36. Los seguían 35 reporteros y fotógrafos.

Y otras 21 personas sin cargo aparente.

Pueden ser o no empleados de las agencias policíacas o de seguridad, pero también los mandan el Ejército, las Comisiones de Derechos Humanos, los Secretarios de Gobierno, los Alcaldes y hasta los empresarios.

En las Cumbres internacionales como esta, simplemente se multiplican. En los hoteles sede -como el Camino Real, Quinta Real y Fiesta Americana- se pueden vestir de meseros, pasar por clientes y hasta como taxistas, según reveló un especialista de seguridad que trabaja para distintos Gobiernos.

Ayer...

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