Difaman a canes

COACALCO.- Óscar y Sergio Martínez, ex criadores de perros de pelea, defienden a capa y espada la mansedumbre de los perros pitbull, animales señalados como violentos.

Los hermanos Martínez aseguran que desde niños participaron en combates clandestinos de pitbulls, pasatiempo que abandonaron por casi una década y años después un cachorro de esta raza tocó sus fibras más sensibles por lo que ahora con su organización, Mexican Mafia Pitbulls, rescatan a los animales del sangriento espectáculo y los llevan a un refugio.

Bombón, una cachorrita, ayudó a la hija de Sergio a superar un problema de sociabilidad, esa perrita logró que la niña se llenara de confianza.

"Cuando yo compré a Bombón mi hija tenía un problema de sociabilidad, ella se quedaba inmóvil y no sabía qué hacer", relata Sergio sobre su hija menor, Elizabeth.

La niña y la cachorra lograron una gran conexión y Elizabeth ha mejorado sus habilidades para comunicarse con otras personas, tiene más confianza en sí misma.

Óscar y Sergio crecieron en una familia donde los combates entre perros eran una forma de ganarse la vida, pues uno de sus tíos organizaba y participaba en estas peleas.

Sus padres trabajaban por lo que su única compañía eran los perros; después se sintieron atraídos por las peleas de pitbull y desde pequeños entraron al negocio.

"A los 6 o 7 años comenzamos nosotros solos a criar este tipo de perros y a esa edad comenzábamos a pelear (los perros) contra gente mayor", recordó Óscar.

Satán fue su primer can, un pitbull atigrado con el que aprendieron a entrenar a esta raza.

Se acercaron a criadores de perros de combate experimentados quienes les enseñaran y los aceptaron en las agrupaciones de peleas.

No cumplían ni 14...

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