Diego Valadés / Universidad para todos

AutorDiego Valadés

En 1948 la ONU adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos cuyo artículo 26 establece: "el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos". Cincuenta años después la UNESCO proclamó la Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI, que amplió lo establecido por la Declaración del año 48. En su artículo 3 dispone que el acceso a la educación superior se basa "en los méritos, la capacidad, los esfuerzos, la perseverancia y la determinación de los aspirantes".

Los elementos adicionados por la segunda de las declaraciones son muy relevantes porque, para ingresar al nivel superior, también se valoran aspectos como el esfuerzo, la perseverancia y la determinación de los estudiantes. Ambas declaraciones fueron suscritas por México, por lo que el compromiso del próximo gobierno con la universalización de la educación superior, una de las acciones más ambiciosas para transformar al país, tiene soporte jurídico.

Otra norma aplicable es el artículo 3o. constitucional, que otorga a las universidades públicas autónomas la facultad de gobernarse a sí mismas. Entre esas atribuciones siempre se ha incluido la de definir los requisitos de admisión escolar, sujetos a la capacidad de atención que resultan de sus recursos humanos, financieros y materiales. Es evidente que esta capacidad no puede ser excedida sin exponer la calidad de la educación que ya se imparte. Por consiguiente, es necesario satisfacer los derechos de unos sin afectar los que ya ejercen otros.

La solución está en aumentar los derechos de todos, y para esto existen al menos tres soluciones: 1) En cuanto a las instituciones públicas de educación superior de muchos estados, se requiere un vigoroso programa financiero para absorber sus considerables pasivos laborales y ponerlas así en condiciones de aumentar su planta académica y sus posibilidades de atender la demanda; 2) Como resultado de las políticas de formación aplicadas durante lustros por las universidades y el CONACYT, el país cuenta con los recursos humanos que permiten crear nuevas universidades públicas, cuidando que sean instituciones cuya seriedad académica asegure la adquisición de conocimientos, y 3) Emplear al máximo las tecnologías de la información y la comunicación en un potente sistema educativo a distancia.

Según la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior en México hay 4.2 millones de estudiantes...

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