Diego Luna: Joven, exitoso e internacional... ¿quieren más?

AutorTaydé del Río

Fotos: Gabriela López Ayala

Seis de la tarde. Hace apenas unas horas estuve en la proyección de la película Nicotina y ya estoy aquí, en un hotel de la Colonia Roma, en esta tarde nublada, a la espera de mi entrevista con su protagonista, el actor Diego Luna.

Reviso por enésima ocasión mis notas y reflexiono que la estatura actoral de Diego dio un último y definitivo estirón a nivel nacional e internacional en los últimos dos años, entre su participación en las estadounidenses Open Range, Havana Nights: Dirty Dancing 2 y Criminal, la mexicana Nicotina, que está por estrenarse el próximo 3 de octubre y la invitación que le hicieran para actuar en Terminal, cuyo rodaje está por iniciar bajo la batuta de Steven Spielberg.

"Se me empezó a abrir el panorama desde antes", reconocerá el actor con sencillez más tarde, durante la entrevista, "en enero de 2002 estuve en España, hice una película que se llama Soldados de Salamina, y desde ese día yo empecé a decir: 'o.k., ya está pasando, ya me están cayendo cosas de afuera, ya estoy trabajando en un set donde muchos no se saben ni mi nombre'".

Pero eso lo dirá después. Por ahora, sigo esperando. Alguien murmura por ahí que Diego tiene gripa, no se ha sentido del todo bien, pero aun así ha hecho gala de profesionalismo y no ha cancelado una sola cita.

Cuando aparece me doy cuenta que, en efecto, es todo un profesional, me saluda sonriente, de apretón de manos y beso en la mejilla. Tose de vez en cuando, pero se le ve entero y apuesto, delgado, anguloso y prácticamente sin rastros de ese aspecto adolescente que conservara hasta hace poco tiempo.

¡Qué diferente al Lolo de Nicotina!, pienso, y él lo confirma casi de inmediato.

"Nicotina me gustó porque entrelazaba muchas historias y tenía muchos niveles, a simple vista podía ser muy divertido, pero si le escarbabas más había reflexiones sobre la condición humana bien padres y sobre cómo operamos en esta sociedad y en una ciudad como ésta, con tanta neurosis.

"Y me gustó que el personaje de Lolo no se parecía ni a mí ni a nada de lo que yo había hecho antes, es un genio para la computadora, pero un asco para las relaciones humanas, porque no se atreve a hacer lo que siente (...) y es un tipo que debido a todo esto que tiene guardado, encerrado dentro, le hace mucho daño a los demás, a la mujer que ama... ¡bueno!, entre él y la cucaracha le joden la vida a todo el mundo", expresa sonriente.

Sin embargo, Diego no titubea cuando afirma que disfrutó mucho...

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