Los días y las parras

AutorAnaline Cedillo

Texto y fotos: Analine Cedillo

Enviada

NEUQUÉN, Argentina.- El atardecer nos alcanzó en el Fin del Mundo, una de las casas productoras de vino de la provincia de Neuquén. Estamos en San Patricio del Chañar, al este de la Patagonia argentina, justo en el sitio que representa la nueva tierra para cosechar uvas en el país y cuyos caldos tienen alrededor de 10 años de tradición.

Durante el recorrido por las distintas áreas de la bodega y por sus viñedos rebosantes de uvas, parece mentira lo que el guía nos cuenta: la zona de clima extremo, otrora árida y utilizada para la ganadería, fue acondicionada para el cultivo de la vid con la ayuda de ingenieros agrónomos y enólogos contratados para lograr que el proyecto rindiera frutos.

A diferencia de Mendoza y su experiencia centenaria, el primer viñedo del terruño se plantó en 1999 y su florecimiento oficial en 2003 dio paso a la apertura de otras casas vinícolas, como la Bodega NQN y la Bodega Familia Schroeder, todas con propuestas enoturísticas.

En plena degustación de vinos Malbec, Pinot Noir y otras cepas del Fin del Mundo, la lluvia se hace presente. El enólogo quiere seguir con la cata, pero se muestra nervioso, no es tan común que llueva intensamente en la Patagonia, asegura, y una precipitación con granizo podría afectar la cosecha.

Por fortuna, la caída de agua cesa pronto y entonces nos encaminamos al fresco. Con copas en mano conversamos frente a las parras y de vez en cuando picamos los quesos que hay sobre una tabla mientras esperamos a que se oculte el sol. A la mañana siguiente haremos de vendimiadores por un día.

Llegamos antes el mediodía a la Bodega NQN, también localizada en San Patricio del Chañar. Estamos listos para experimentar la cosecha con nuestras propias manos. Los frutos de la vid se recogen uno por uno a lo largo de sus 162 hectáreas. Nosotros contribuimos simbólicamente recogiendo Sauvignon Blanc: antes de cortarlas y ponerlas en una canasta, tomamos delicadamente un conjunto, asegurándonos que esté completo y sin hojas. Es importante que los racimos vayan enteros para aminorar la oxidación, nos explica nuestro asesor.

Como si fuera necesario, el trabajo nos es recompensado. A mediodía celebramos con una comida en Malma, el restaurante de la bodega que junto a otros comedores de la zona forma un panorama gastronómico donde los vinos son la clave.

Otra alternativa de turismo enológico en Neuquén son las visitas guiadas de la Bodega Familia Schroeder. Los vinos y el...

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