Los días felices de De la Rúa

AutorJosé Vales

Argentina BUENOS AIRES.- El tráfico de influencias, la impotencia neoliberal ortodoxa para acabar con la recesión económica tan propia del modelo en boga, las estrategias de represión a las protestas sociales y el apoyo al "espíritu de cuerpo" en los militares genocidas que deben presentarse ante los Tribunales, muestran que el Gobierno "socialdemócrata" de Fernando De la Rúa, sólo soporta ese calificativo en las reuniones de la Internacional Socialista. Puertas adentro no es más que la cara prolija del neoliberalismo, falto de decisión para mostrar algo distinto a lo que fue la década menemista.

Fue Graciela Fernández Meijide, Ministra de Acción Social y líder del Frepaso, la que tras trepar a la cúspide de la política haciendo de la anticorrupción, su estandarte, padece del estupefaciente que componen las mieles del Poder.

Una volea de familia. Su hermana y su esposo son dueños de dos clínicas médicas que desde hace años vienen realizando fabulosos contratos con el PAMI -fuente de toda corrupción menemista-. Esto no sería nada si Angel Tognietto, (su cuñado) no hubira sido interventor en esa repartición hasta que una denuncia lo obligó a renunciar en días pasados.

Pero como si los despropósitos del ex Presidente Carlos Menem y sus acólitos hubiesen contagiado a sus férreos opositores, Fernández Meijide, la otrora combativa dirigente de derechos humanos, no resistió la tentación de llevar a amigos y familiares a cargos de poder. Su profesor de tenis, Eduardo Wetzel, fue nombrado en la Subsecretaría de Deportes con un salario de casi 4 mil dólares y su sobrino se convirtió en asesor de asuntos internacionales del Congreso.

Así fueron los escándalos de un Gobierno que prometió dejarlos atrás.

De esa misma historia resucitó a los caciques gremiales del viejo peronismo cuando aceptó el primer emplazamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) para instaurar la sexta flexibilización laboral en los últimos 9 años. En 1991, cuando a imagen de la fracasada reforma española se instauró la flexibilización de las relaciones entre patrones y asalariados el desempleo era del 6.4 por ciento. Por aquel entonces el argumento era la "necesidad de generar puestos de trabajo". Hoy, con su sexta versión en su mejor punto de cocción, la desocupación asciende al 14.4 por ciento (siempre en cifras oficiales para ser generosos). La Confederación General del Trabajo (CGT, históricamente peronista) volvió a fracturarse y fue el sector que más resistió la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR