Diarrea de puras ideotas

Un ladrón nomás no se aguantó y se metió a un baño para expulsar todo lo que llevaba, pero al final fue detenido por los policías de Guadalajara.

El caso ocurrió en la mañana del 25 de enero del 2005, cuando Andrés, quien tenía alrededor de 28 años en ese entonces, acudió a una tienda de autoservicio localizada en Belisario Domínguez y Sierra Madre.

Recorrió los pasillos, estuvo mirando la mercancía unos instantes hasta que se sintió con la confianza de lograr su cometido: atracar el negocio.

El ladrón tomó un paquete de galletas y se acercó a la caja como si fuera a pagarlo, pero una vez que estuvo de frente con el empleado le sacó un cuchillo. Amagó al cajero y le pidió que le entregara todo el dinero que tenía. El despachador entonces le entregó 550 pesos.

Otro de los empleados, al notar que Andrés estaba comportándose de forma agresiva, optó por esconderse.

Sin embargo, en cuanto el hombre tuvo el dinero en su mano, escapó del sitio y ambos trabajadores del negocio salieron detrás de él.

Como el asaltante notó que estaba siendo seguido por sus víctima, no tuvo tanto tiempo para pensar en su siguiente paso... y eso le saldría caro.

Al ir corriendo, pensó que lo mejor sería meterse a un local de comida que encontró al paso y después él mismo se tendió una trampa: se encerró en el baño.

Los afectados llamaron a la Policía mientras hacían guardia afuera del baño en el que estaba el asaltante.

Una vez que llegaron los uniformados tapatíos, el ladrón les dijo que había arrojado el dinero al escusado y le jaló...

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