Diario íntimo de Lulú Petite

Mi boquita locaLulú Petite

EL GRÁFICOQuerido diario: Él estaba de pie y yo en cuclillas, con su miembro en mi boca y su mirada lujuriosa clavada en mis ojos. Apoyaba mis manos en sus muslos para mantener el equilibrio. Andrés es un hombre alto, con mucho pelo en piernas, brazos, pecho y, desde luego, en su pubis. Tanto, que algunos cabellos quedaron atrapados por el preservativo y yo los veía allí, prisioneros del látex mientras engullía ese enorme falo.

Andrés gemía mirando complacido desaparecer su pene en mi boquita. Me estaba cansando la posición, así que apoyé mis manos con más fuerza en sus muslos y supongo que enredé mis dedos en su pelambre, porque dio un brinquito, que sirvió de pretexto para que nos subiéramos a la cama.

Es un hombre de barba cerrada, muy bien recortada. Es un osito elegante.

Se acostó boca arriba y yo me subí sobre él, tomé su pene, lo apunté hacia mi sexo y me fui clavando lentamente. Puse mis manos en su pecho, metiendo mis dedos entre su pelo y él empezó a mover la cadera para cogerme, al mismo tiempo yo cabalgaba, nuestros movimientos se coordinaban perfectamente, yo estaba sintiendo riquísimo y él no paraba de gemir. Cuando sentí que me venía apreté el pelo de...

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