Diario íntimo de Lulú Petite

El mejor orgasmoLulú Petite

EL GRÁFICOQuerido diario: Te voy a contar una historia de tiempos de El Hada. Yo no siempre trabajé de escort independiente, al principio trabajaba en una agencia, comandada por una señora guapa y atenta, pero sobre todo, con el colmillo más largo y retorcido que el de un mamut veterano, la llamábamos El Hada.

Durante algún tiempo trabajamos en un penthouse de Polanco. Una chulada: Varias habitaciones, salitas cómodas, sauna, camas de masaje, cocina con chef y barman, regaderas, jacuzzi y vapor.

En una ocasión llegaron unos clientes. Eran un par de empresarios mexicanos que paseaban por la ciudad a unos inversionistas japoneses. Cada quien escogió a una chica y comenzamos la fiesta en la sala más grande del lugar. A mí me tocó con uno de los japoneses, bajito, tímido y que hablaba muy poco español, pero el suficiente como para entendernos.

Leticia, rubia, muy bajita y delgadita, con los senos pequeños y coronados por dos pezones rosados y cilíndricos, como gomas de lápiz, de sexo afeitado y nalgas redondas y respingadas, se sentó con otro de los japoneses, un hombre maduro, con cara de ser el jefe de todos. Lo miraban con un respeto que caía en la adoración.

Uno de los mexicanos, que le servía como interprete, le dijo a Leticia que el japonés quería darle un masaje frente a todos, y que necesitaría una mesa de masaje. El Hada ordenó que la trajeran en lo que Leticia se desnudó.

?Ponte en la mesa, boca abajo? dijo el mexicano. Ella subió a la mesa y puso la cabeza en la almohadilla. El japonés desnudo revelaba un torso duro y tonificado, de maestro de artes marciales. De pronto, las manos de ese hombre estaban sobre Leticia. Frotando con habilidad su cuello, espalda, nalgas, muslos, piernas, sus...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR