Diario íntimo de Lulú Petite

Lulú Petite

EL GRÁFICOCon su sexo dentroQuerido diario: De rodillas sobre la cama, sus manos se plantaron en mis caderas para arrastrarme hacia el borde. Yo respondí con un gemido suavecito que frené mordiéndome el labio inferior, meneando las caderas para atraerlo.

¿Qué te digo? Fue a recogerme al aeropuerto, me llevó a mi hotel y estuvo al pendiente de mí. Se tomó el día para estar conmigo. Huicho, Huicho. Son los privilegios del viajero frecuente. Supo pasar de cliente a ¿Qué será? ¿Sugar Daddy? Terminamos en mi habitación.

Él se deleitó con rozarme por encima de la ropa con los dedos un rato más, haciéndome soltar una seguidilla de quejidos que él mismo se encargó de silenciar al atraparme la boca con un beso.

Arqueé la espalda para corresponderle, encantada con el sabor de sus labios mientras su mano me exploraba la calentura entre los muslos. Tenía su bulto presionado contra las nalgas, y honestamente no podía pensar en nada más que en tenerlo adentro.

Con un grito ahogado aterricé nuevamente sobre los codos, espiando cada movimiento por sobre mi hombro. Él me desabrochó los jeans sin apuro, pero luego me desnudó hasta los muslos con un tirón tan fuerte que mi lencería también se fue con el pantalón. Tomé un condón y se lo puse.

Cuando finalmente tuve la cabeza de su miembro presionada contra mi entrada, me entregué con un estremecimiento y un gemido delicioso. Me tenía muy cachonda. Él me penetró lentamente la primera...

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