Diario Intimo de Lulu Petite

Chupa deliciosoLa presión que su tamaño causaba en mis caderas era riquísima, a tal punto que a cada estocada yo le respondía gimiendo.

Lulu Petite

EL GRAFICO

Querido diario: Sus besos se esparcieron desde la comisura de mis labios hasta la línea de mi escote, pasando por mi cuello, ese punto sensible que él tuvo la delicadeza de chupar como el maldito experto que es.

No pude retener un grito ahogado. Mis caderas se menearon involuntariamente debajo de él. Cuando se la quité, lo miré con sus labios, comisuras y bordes rojos como payaso. Sonreí, entretenida con el hecho de que mi labial le había coloreado los labios. Lo rojo y lo desparramado resaltaba adorable y sensualmente contra su barba de dos días, y me imaginé que yo tendría el mismo desastre en el rostro. También me imaginé cómo se vería la punta de su pene agraciada con un toque de color, y el deseo me bajó como un chorro pesado y caliente hasta la vagina.

Hay gustos de lo más extraños. Yo uso siempre un labial indeleble. Se queda en mis labios, pero por ningún motivo mancha los de mi cliente, mucho menos su ropa; pero él quería lo contrario. Le gustan los lipstick que manchen, así que llevó uno de un colorado intenso y me pidió que lo usara, antes de hacernos el amor.

Sus manos eran habilidosas, me di cuenta cuando me quitó el sujetador en un santiamén mientras yo le hacía una chaqueta de las lentas, con mucha acción entre mi pulgar y su glande que ya goteaba. El espacio entre los dos quedó repleto del ruido ronco de nuestras respiraciones agitadas, y del ruido cachondo de nuestras pieles al rozarse. Me supe ruborizada cuando él llamó mi atención, sosteniendo el paquetito del preservativo.

"Esto...

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