Diario Íntimo de Lulu Petite

Se mueve bien ricoLulu Petite

EL GRAFICOQuerido diario: Esteban es un hombre mayor. Hace poco cumplió 65 y eso no le gustó mucho. Para nadie es fácil aceptar el paso del tiempo, pero pasa irremediablemente. Es guapo. Sí, ya con sus años, pero es un hombre atractivo. Su tez bronceada, sus cabellos de plata y su vestimenta elegante le dan ese toque atractivo.

El sábado me pidió que le diera besitos en la espalda. Es una especie de masaje suave, donde él se acuesta boca abajo y le paso las manos levemente por su espalda y le voy sembrando piquitos con mis labios, mientras mi cabello roza suavemente su piel. Dice que, para empezar, eso lo pone a mil.

Después del besimasaje, me senté en la cama y él se paró frente a mí. Le desabroché el cinturón, le bajé la cremallera y palpé, a través del algodón de su trusa, su miembro aún medio dormido. Lo acaricié suavecito y despacito, incitándolo a salir de su letargo. A medida que lo tocaba, se le ponía más duro, más grande y más hinchado.

?¿Te gusta?

?Mmmjú ?respondió guturalmente, expeliendo aire como si su corazón se hubiera acelerado.

Ciertamente la sangre fluía rápidamente por su cuerpo. De repente lo tenía entre mis manos, a tope y tieso. Terminé de bajarle el pantalón y comencé a chaquetearlo.

?Ay, Lulú, tienes el toque ?gemía como en trance.

Agarré un condón y se lo puse.

Se lo bajé con la boca, apretándolo entre mi paladar y mi lengua.

Comencé a chupárselo lentamente, primero lamiéndole la puntita, bajando por el tronco y luego rozándole las bolas jugosas.

?¿Sigo? ?pregunté.

?No pares ?gimió.

Me atraganté con su miembro en mi boca. Lo sentía retorcerse de placer, contenerlo en sus sensaciones desbordadas, electrizantes y magnificadas por la intimidad.

De pronto me indicó que me pusiera de pie. Tomé su mano y así hice. Se le veía exaltado, como a punto de desfallecer de placer.

?Ven, pequeña ?me indicó?

Quería observarme acostada en la cama, acostada de cara a él.

?Mastúrbate ?dijo. Me lamí dos dedos y comencé a tocarme, rozando mi clítoris y haciéndolo vibrar cada vez más.

?Así, así me gusta ?prosiguió.

Él se tocaba, viéndome con su...

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