Diario Íntimo de Lulu Petite

A disfrutar los momentosLulu Petite

EL GRAFICOQuerido diario: Oscar es fuerte y grande, como una montaña. De chavo se metían con él porque no le gustaban los deportes, era miedoso, tímido, introvertido, muy bajito, delgadito y con una carita muy femenina, de ojos grandes y hoyuelos en las mejillas.

Entre coscorrones, burlas y bromas pesadas pasó su infancia. Siguió igual de chaparrito hasta segundo de secundaria, cuando dio un estirón tremendo. En la prepa se metió al gimnasio, pero no al de pesas, sino al de box. Dice que es una disciplina muy exigente. No la siguió como carrera, pero sí como una forma de sentirse sano. Cuando salió de la prepa era un gigante de 1 metro 90 de estatura, y 100 kilos de puro músculo. Podía además matar a alguien de un buen puñetazo.

Nunca se desquitó de los que le hacían bullying, pero tampoco nunca se volvió a meter nadie con él. De aquellas personas de la primaria se olvidó por completo y sin rencores. Se casó, tuvo dos hijos, un niño y una niña. Se divorció. Ve a sus hijos tan a menudo como puede.

Lo conocí cuando estaba divorciándose y desde entonces nos hemos visto muchas veces. Siempre me cuenta de sus hijos y hace el amor muy rico. Oscar es joven, pero algunas canas empiezan a asomarse en los costados de su cabello. Tres grietitas se le hacen en los bordes de los ojos cuando se ríe, pero conserva su aire fresco y juvenil. Es una chulada.

Hace un par de noches nos vimos. Acabábamos de hacer el amor y estábamos empapaditos en sudor. Él se acostó boca arriba y se acomodó la almohada detrás de la cabeza. Yo me senté en la cama, frente a él con las piernas en flor de loto, y empecé a recogerme el cabello.

Me contó entonces que estaba preocupado. Mira si hay coincidencias. Hace unos días lo citaron de la escuela de su hijo por un problema de bullying. Debía hablar con el director. Temió que su historia se repitiera y no permitiría que abusaran de su hijo. Lo que no esperaba era que el hijo de Oscar resultara el abusivo y la víctima fuera hijo de uno de aquellos niños que le hicieron la vida de cuadritos a Oscar en la primaria. Cuando se reconocieron no supieron ni qué decir. No sé si la vida o el karma hace justicia a veces de la manera menos esperada.

?De cualquier modo, lo reprendí ?me dijo?Ese niño no tiene por qué aguantar abusivos, aunque su papá lo haya sido.

Tiene razón. El bullying es cruel e indigno. Tiene que cesar. No imagino qué pensó aquél papá, frente a Oscar, después de tantos años, pero yo lo...

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