Diario Íntimo

(Embargada para sitios en internet hasta las 24:00 horas locales)Las Aventuras de Lulu PetiteLulu NievesEL UNIVERSALMi amigo MatQuerido diario: Lo conocí hace poco más de dos años, en Querétaro. Allá vive, pero viene tan seguido al Distrito Federal que igual a estas alturas no es de aquí ni de allá. Ya he escrito sobre él, tiene 43 años, es moreno, alto, soltero y muy cariñoso. Es hijo de padre americano y madre mexicana, por eso a veces le digo gringo, pero generalmente le llamo (cariñosa y chingativamente) gordo o gordito, bodoque, botijón o demás adjetivos que hagan camorra a la abultada barriga chelera que disimula bajo su camisa. Es muy chambeador y tan afectuoso que empalaga.Seguimos viéndonos y manteniendo una amistad cada vez más fuerte, aunque él no deja de mirarme con carita lujuriosa (como de perro en carnicería), ni yo de hacerme la que la virgen me habla a la hora de escuchar sus insinuaciones. Es como el del comercial de Sprite: "Tu amigo te tiene ganas" ¡Las cosas como son! Digamos que, de un día pa'l otro dejamos de coger, pero nunca fue una decisión consensuada ni algo que quitáramos de la mesa.Eso sí, parte de la amistad consiste en que nunca nos hemos ofrecido simulacros. Él tiene clarísimo que atesoro su amistad y yo sé (porque además me lo dice un día sí y otro también) que está enamorado de mí. Entre broma y broma hemos acordado que si en 10 años ambos seguimos libres, nos casaremos y viviremos felices, como en cuento de hadas versión porno. Nunca he pensado en serio en eso pero, en cierto modo, adoro cuando me lo dice.Por eso hace unos días, cuando lo invité a mi depa para darle picones a un güey cuyo nombre ya no he de mencionar, las cosas se tambalearon.Me di cuenta cuando lo besé, ahí en la puerta y frente al monito aquel. Una siempre sabe cuando acaba de sorprender a un hombre y yo a Mat lo agarré canijamente desprevenido. Él sabía que íbamos a dar picones, pero no esperaba que lo apañara a medio pasillo y le plantara un beso marca fuck me now! en la nariz del despechado. Luego luego sentí cómo su piel se encendió, sus vellos se erizaron y en su pantalón se abultó su miembro, que creció bajo su ropa. Apenas atiné a tomarlo de la mano y jalarlo al elevador antes de que aquello se pusiera porno en la puerta de mi edificio.Nomás cruzamos la puerta, se prendió de mis labios con un beso que recogía todas las ganas que me traía...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR