Diario de fatigas / Por la Poesía Ortodoxa

AutorChristopher Domínguez Michael

La literatura posmoderna, colapsada por la baja tecnología, combina la crítica a la cultura popular desde la alta cultura y la crítica del pop desde la basura. Eso dice Eloy Fernández Porta en Afterpop. La literatura de la implosión mediática (Anagrama, 2007). Su dictamen, como el de su socio Agustín Fernández Mallo en Postpoesía. Hacia un nuevo paradigma (Anagrama, 2010), procede de una tristeza o de una impotencia cuyas consecuencias no son fáciles de asumir, ni siquiera para ellos, a quienes una dosis de escepticismo diríamos que "posmoderno" les impide aseverar que la literatura, simplemente, ha muerto. A los últimos modernos (o primeros posmodernos), a Barthes y a los telquelianos, les excitaba extender ese certificado de defunción. Pero quizá porque comparten la ternura del pop por Eliot o Sartre, ternura de la que se burlan un poco, Fernández & Fernández le dan a la literatura una segunda oportunidad sobre la tierra, la de sobrevivir más allá de la literatura. A través de la Poesía Postpoética.

Esa sobrevivencia, calculan, ocurrirá en condiciones en extremo difíciles. La poesía, sobre todo (y no explican por qué, quizá por la arraigada disposición prostibularia de la narrativa) es la que, entre todas las ramas de la literaturas, en peores condiciones se encuentra ante un mundo donde el video, primero, y la fotografía digital, después, cambiaron la escala estética radicalmente, como sólo lo habían hecho, antes, el telescopio y el microscopio. En ese escenario (dice Fernández Porta) sólo queda la relectura visual de la arqueología instantánea a la cual todo está condenado. No sería nada nuevo que a la vieja poesía le tocará cantar a las ruinas, pero esa sola función les parece, a Fernández & Fernández, poca cosa.

Pasar de Afterpop a Post-poesía es, para usar sus propios símiles, un cambio de escala, del telescopio al microscopio, del gran mundo del pop, de la cultura universal de Estados Unidos y de la literatura hispanoamericana (tres aspectos que Fernández Porta concilia bien) al mundillo nacional de la poesía española. Ya lo dijo Alejandro Zambra en Letras Libres: Postpoesía es un libro local donde se habla de las tareas vanguardias, modernas y posmodernas que la poesía española no ha podido o no ha querido cumplir, pero se les interpreta como falencias universales. Aunque al principio se cita a Nicanor Parra, para sacárselo de encima, los lectores latinoamericanos acostumbrados al concretismo brasileño o al neobarroco rioplatense...

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