Diario de fatigas / Filósofos de cabecera

AutorChristopher Domínguez Michael

Para escribir un ensayo sobre José Vasconcelos en el que no diga lo que ya he dicho, una vez más me puse a estudiar a su filósofo de cabecera, Henri Bergson. Leí lo que pude en desorden: Thibaudet, Jankélévitch, Deleuze, Benda. La teoría del tiempo y la duración, que yo conocía de oídas, me pareció prodigiosa de leer. Cito uno de mis subrayados de la edición prologada por García Morente de la Introducción a la metafísica. Dice Bergson: "Cualquiera que haya ensayado con éxito la composición literaria, sabe que, cuando el tema ha sido largamente estudiado, todos los documentos recogidos, todas las notas tomadas, es necesario, para comenzar el verdadero trabajo de composición, algo más, un esfuerzo, a menudo penoso, para colocarse de golpe en el corazón mismo del tema y para buscar, lo más profundamente posible, un impulso, al que, después de todo, habrá que dejarse ir. Ese impulso, una vez recibido, lanza al espíritu por un camino donde encuentra los datos que había recogido y otros detalles más; se desarrolla, se analiza a sí mismo en términos cuya enumeración sería infinita...".

Mi ignorancia de Bergson, al menos, puede acogerse en un comentario de Jacques Monod, quien en 1970 se preguntaba intrigado qué demonios le había pasado a la popularidad del único filósofo ganador del Premio Nobel de Literatura, lectura de preparatorianos antes de la Segunda Guerra Mundial y, después de ésta, convertido en antigualla. Bergson no está en la Pléiade y apenas en 2006 empezó a aparecer en Francia una edición crítica, la primera, de sus obras.

Y una vez ratificada mi ignorancia como hija de mi tiempo, leo los panfletos (1926) de Benda contra Bergson, su bestia negra. Decía mi admirado Julien Benda que Bergson es un filósofo para señoras mundanas y para literatos. "Pues eso soy, literato y mundano", me digo satisfecho y aprovecho un viaje a París para comprarme mis Bergsones. A las burlas de mi otro yo, en el tenor de "Mira que venir a descubrir a Bergson a los 47 años y en 2010", le respondo: "¿Qué tiene? ¿No es acaso la filosofía el depósito de lo eterno? ¿Qué más da descubrir a Aristóteles en el siglo trece o en el veinticinco?".

Sin dejarme intimidar, seguí bordando con mi nuevo hilo negro hasta que buscando otra cosa (siempre estoy buscando otra cosa), me topo con Einstein. Notas de lectura (FCE, 2009), el librito que hicieron Carlos Chimal y Gerardo Herrera Corral, rescatando un folleto que Alfonso Reyes hizo imprimir en sólo 50 ejemplares, para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR