Día del Trabajo: El cambio puede esperar

AutorClaudia Ramos y Marco Antonio Martínez

A 30 años de la última gran reforma laboral, legisladores del PRI, PAN y PRD coinciden: más que cambiar asuntos específicos del marco jurídico, debe cambiar la relación entre empresarios y trabajadores.

El primer paso ya está dado. La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al declarar inconstitucional la llamada cláusula de exclusión, permitirá que todo aquel trabajador que sea despedido por renunciar a su sindicato pueda ser reinstalado en su puesto.

El fallo, emitido el pasado 17 de abril a raíz de un caso presentado por el Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Alcoholera en 1998, no altera la Ley Federal del Trabajo ni cancela los contratos colectivos ya firmados. Tampoco genera jurisprudencia ni es de aplicación general. Pero sí plantea, de entrada, una de las principales preocupaciones del gremio, de acuerdo con la líder nacional de los sobrecargos de aviación, Alejandra Barrales: cómo y qué debe cambiar en la relación entre empleados y empleadores, a partir de la nueva reforma laboral que pretende impulsar la Secretaría del Trabajo.

Sin embargo, ninguno de los actores parece tener prisa por concretar esta reforma. Aun cuando la Secretaría del Trabajo había previsto realizar una consulta sobre el tema antes del 1o. de mayo y ya realizó una primera gira por España y Ginebra del titular de la Secretaría, Carlos Abascal, con los legisladores que integran las Comisiones del Trabajo, todavía no hay nada formal y el primer calendario de trabajo propuesto ya fue rebasado.

Consultados por separado, diputados y senadores del PRI, PAN y PRD que integran las comisiones del Trabajo coinciden en que la reforma es indispensable, pero hay que tomarse el tiempo necesario para que sea consensada entre todos los actores. Plazo que puede ir de uno a tres años, e incluso, rebasar el sexenio.

Y si bien no hay un documento preliminar del gobierno federal que plantee las comas, los puntos o los capítulos completos que podrían ser modificados, entre los legisladores entrevistados hay acuerdo sobre lo que no se debe tocar: las conquistas históricas de los trabajadores.

"El derecho a la huelga, el derecho a una pensión, el derecho a la casa-habitación, los derechos y prerrogativas de los trabajadores no están a discusión. Esto no se tocaría salvo si es para mejorarlos", afirma el senador panista Francisco Fraile.

"Sería un suicidio para las organizaciones obreras aceptar que los trabajadores tengan menos de lo que tienen actualmente", abunda Carlos Aceves del Olmo, coordinador de la fracción obrera de los diputados del PRI.

"Por ejemplo, la vivienda. No queremos que modifiquen al Infonavit, que es un instituto de y para los trabajadores. No queremos que lo metan con los otros institutos que...

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