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Devuelve Policía pedradas

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Vincent
AutorLuis Cruz, Cristina Hernández y Daniel Pérez

La mayoría eran jóvenes con el rostro cubierto con paliacates, pasamontañas y mascarillas antigás. Vestían ropa negra y llegaron dispuestos a la confrontación. Eran más de 300 anarquistas que atacaron a los policías durante la marcha del 2 de Octubre.

Pero a diferencia de otras manifestaciones, en las que los policías sólo han ido equipados con escudos y extintores, ahora llevaban toletes y usaron gases, agentes encubiertos y hasta las piedras con que fueron atacados.

Salieron de la Plaza de las Tres Culturas y caminaron hacia el Centro. Pero pronto se toparon con el cerco policial, en Eje Central e Hidalgo. Ahí los anarquistas lanzaron los primeros embates.

La Policía Metropolitana tenía la orden muy clara: contener y no dejarlos pasar.

Un grupo de unos 100 anarquistas comenzó a agredir a la primera línea de contención de granaderos. Con una metralleta de gotcha lanzaron balas de pintura; aventaron piedras, botellas de plástico y cohetones.

Luego avanzaron hacia la Alameda. Policías con gases, extinguidores, cascos y escudos corrieron para intentar encapsularlos.

Los enmascarados respondieron con petardos y botellas.

Y entonces vino el segundo embate, en el cruce de Avenida Hidalgo y Reforma, frente a la Iglesia de San Hipólito.

Los anarquistas lanzaron molotov que eran sofocadas con los extintores. Eso detonó una batalla campal.

Civiles corrían asustados buscando donde resguardarse.

Los rijos lanzaron piedras, palos y todo lo que encontraban a su paso. Los policías respondieron levantando los mismo proyectiles y arrojándolos a los manifestantes.

Tolete y escudo en mano golpeaban a quien se atravesara en su camino. Un vendedor ambulante lo vivió el carne propia.

El enfrentamiento se trasladó a Reforma y Bucareli, donde aparecieron más de 20 policías vestidos de civil.

Los agentes encubiertos tiraban al suelo a los rijosos, los pateaban y cargaban de los cabellos para llevarlos a camionetas de la Policía.

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