Deuda contra crecimiento: los recursos financieros en la Crisis

AutorHilario Barcelata Chávez
Páginas188-189
La Economía Mexicana. Crisis y reforma.
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Hilario Barcelata Chávez
188
Y la inflación, por otro lado, tiene un conjunto de impulsores al alza que hacen difícil
pensar que no llegará, por lo menos, al 60 por ciento. Esto porque los incrementos
recientes a los precios y tarifas del Estado y al Impuesto al Valor Agregado (IVA), han
generado un profundo impacto en el resto de los precios, sobre todo en productos
básicos, en algunos hasta de más del 50%.
Pero, además, el factor incertidumbre está jugando un papel fundamental para fijar los
precios. Como el PARAUSEE no parece obtener éxito, el precio del dólar sigue alto y
las tasas de interés siguen subiendo. La perspectiva de los empresarios es de que no
se sabe qué va a pasar. Y por precaución se incrementan los precios por encima del
incremento proporcional al impacto del aumento de los otros precios.
Desde luego, si los salarios no se incrementan y el desempleo hace caer el ingreso, los
precios tendrán que reducir su ritmo de crecimiento, pero, antes se incrementarán todo
lo que se pueda. La pregunta que podemos hacernos ahora es ¿qué o quiénes harán
reactivar la dinámica económica?.
La sola estabilidad de los mercados financieros no asegura, por sí misma, que la
economía empiece a crecer. Por cierto que si la mentada estabilidad no llega, el
escenario aquí descrito podría ser peor, porque significaría un dólar más caro y tasas
de interés más altas.
Pero, aun suponiendo que habrá estabilidad, los efectos multiplicadores negativos de
la crisis no permiten reconstituir el crecimiento de inmediato.
Lo que es peor, si antes de esta crisis renovada, (que no nueva), las condiciones de
desempleo, bajos salarios y escaso bienestar social, hacía imperativo un crecimiento
muy elevado del producto para revertir esa situación. Encaminar nuevamente al país
en la senda del desarrollo, implicará, ahora, un reto todavía mayor y requerirá por lo
menos, o crecer a un ritmo mayor al que se tenía planteado en un inicio (esto es por
encima del 6% anual) en el mismo número de años, o tener una tasa de crecimiento
más baja a costa de alargar por más tiempo la recuperación económica.
Lo deseable es lo primero, pero no más probable es lo segundo. La economía
mexicana saldrá de esta crisis muy lastimada y será difícil crecer tan rápido. Por lo
tanto, el segundo escenario se hará presente, lo que significa postergar por más
tiempo la solución de los problemas de desempleo, bajos salarios y bienestar social. Lo
que hace más incierto que esto suceda, porque en el largo plazo todo puede pasar,
hasta una nueva crisis.
DEUDA CONTRA CRECIMIENTO: LOS RECURSOS FINANCIEROS EN LA
CRISIS 27 de abril de 1995
Ante el aparente control de la inestabilidad financiera vivida en los últimos meses, el
gobierno de la República ha expresado, con cierto triunfalismo, que la crisis ya está
cediendo y que los signos vitales de la economía se recuperan. Por desgracia todo es
apariencia porque en realidad los problemas siguen siendo y haciéndose más graves.
Según el columnista Gustavo Lomelín (El Financiero 17-4-95) a la fecha México ha
dispuesto de 7,800 millones de dólares de los 17,800 millones del préstamo otorgado
por el Fondo Monetario Internacional y 5,200 millones de los 10,000 prestados por el
Departamento del Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos.
Hacia junio de este año sólo podrá disponer de los 4,800 millones de dólares restantes
del último préstamo mencionado ya que los restantes 10,000 del otro préstamo sólo
estarán disponibles hasta fines de julio.

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