Destino versátil
| Autor | Vania Guerrero |
Desde que pisa por primera vez territorio chileno, los magníficos e inigualables paisajes que ofrece a la vista maravillan al viajero.
La extensa geografía del país sudamericano, escoltada por la cordillera de Los Andes al este y el Océano Pacífico al oeste, promete al turista un sinfín de aventuras y actividades para todos los gustos.
Con una gran variedad de climas y paisajes, Chile ofrece desde extensos desiertos, como el de Atacama -considerado el más árido del mundo-, hasta imponentes glaciares que rompen sobre el océano y la inmensidad del territorio antártico, pasando por islas mágicas, como la de Pascua, y hermosas y coloridas ciudades costeñas, como Valparaíso y Viña del Mar.
Una buena forma de recorrer la prolongada geografía chilena es dividirla en tres grandes zonas, norte, centro y sur.
Si bien el norte chileno es conocido por ser una zona minera -donde destaca Chuquicamata, en Calama, la mina a tajo abierto más grande del planeta-, también se pueden encontrar algunos de los más impresionantes observatorios astronómicos del mundo, Cerro Paranal y Proyecto Alma, tierra de mágicos descubrimientos.
En Chile se encuentra uno de los mejores lugares del mundo para realizar observaciones astronómicas: se trata de la llamada "Región Estrella", una zona privilegiada en donde, gracias a sus 300 noches de cielo despejado, como mínimo, se ha desarrollado una nueva opción para convertirse en "turismo astronómico".
Si el viajero se decide a una aventura en terrenos más áridos, puede comenzar por el Desierto de Atacama, que con sus salares, termas , géiseres y oasis, pueden brindar relajación hasta al más estresado de los turistas.
Otra parada obligada durante una estancia en este lugar es el Salar de Atacama, cuya blancura es comparable con la de un paisaje nevado, sólo que aquí todo es sal. Caminando por senderos salinos que crujen bajo los pies se llega a la Laguna Chaxa. Es casi una obligación llegar a este punto antes del atardecer, para presenciar el vuelo de millares de flamencos rosados justo cuando el Sol se pone, y maravillarse ante los cambios de color del cielo que se reflejan en la laguna.
El altiplano chileno es hogar de pueblos indígenas que, con su influencia incaica y española, resguardan antiguas civilizaciones cuyas ricas tradiciones y valiosos sitios arqueológicos transportan al visitante a épocas pasadas.
De ahí, se puede emprender camino para recorrer las dinámicas ciudades costeras de Arica, Iquique, Antofagasta y...
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