Un destino delicioso

AutorCarla Guerrero

REFORMA

Viajar para comer puede ser una nueva motivación para que los visitantes sigan llegando a nuestro País. La comida mexicana se ha convertido en un atractivo turístico tan importante que diferentes organismos en pro de la gastronomía presentarán el próximo 30 de septiembre ante la UNESCO la candidatura de la Culinaria Tradicional Mexicana para convertirse en Patrimonio Intangible y Oral de la Humanidad en el 2005.

Desde antojitos hasta dulces típicos, cada estado de la República cuenta con su propia tradición culinaria, aquella que provocan las grandes comilonas, los manteles manchados y el gesto insolente de chuparse los dedos después de una probada de algún manjar mexicano.

Los secretos de Oaxaca

El Mercado de Abastos de la ciudad de Oaxaca es el mejor lugar para degustar las delicias locales, como chocolate diluido en agua acompañado con pan de yema y la gran variedad de moles negro, rojo, amarillo, verde, coloradito, almendrado, chichilo y estofado, en polvo o en pasta.

El queso de bola oaxaqueño acompaña a una tlayuda con tasajo. Pruebe el tejate, una bebida hecha de semilla de cacao, pixtle o semilla de mamey, diluida con agua, o bien una nieve de tuna en las Nieves Chonita o Chaguita. Enfrente del mercado se ubica la "Casa del Mezcal", una de las cantinas de tradición, donde venden mezcal de pechuga, de gusano, añejado y almendrado.

El restaurante Asador Vasco es uno de los más populares, ubicado en Portal de las Flores 11. Aquí se tiene la mejor vista del zócalo oaxaqueño, aunque el comedor familiar El Biche Pobre, cercano al Templo de Santo Domingo, es el mejor lugar para comer chapulines.

El puerto de Huatulco tiene su lugar típico, Doña Celia, en la Bahía de Santa Cruz. Ahí han desfilado personalidades como Ernesto Zedillo y Brozo. El menú de nueve hojas ofrece el "platillo huatulqueño", mezcla de pulpo y camarón fritos en aceite de oliva con chile picado; el filete a la hierba santa, los camarones en crema de cilantro, la piña rellena a la Doña y los tacos de langosta.

La borracha de Durango

El plato duranguense por excelencia es el famoso caldillo, que se prepara con carne seca o fresca y chile rojo. Pídalo en la Fonda de la Tía Chona, ubicada en Nogal 110 y 113. También se sirve la gallina borracha, preparada en jerez, jamón, chorizo, pasa y almendras.

Otros guisos preparados con carne -por la tradición ganadera del estado- son la cabeza de res a la olla y la machaca en caldillo del Mesón de Santa Ana, en Cda. de Gabino...

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