Destellos de la ciudad vasca

AutorCecilia Núñez

Enviada

Para disfrutar de Bilbao en todo su esplendor hay que sucumbir ante sus contrastes. Enamorarse de su faceta de urbe reinventada en constante transformación y la de sitio añejo, repleto de tradiciones. Las calles de esta ciudad se recorren como una suerte de museo al aire libre que expone obras maestras de arquitectos reconocidos a nivel mundial, al tiempo que se descubren los rincones antiguos, los que siempre han estado ahí.

DE 9:00 A 12:00 HORAS RECORRIDO ARQUITECTÓNICO

El despliegue de joyas arquitectónicas comienza desde la llegada a la ciudad, en el Aeropuerto de Bilbao, conocido como La Paloma, creación del valenciano Santiago Calatrava.

Después habrá que caminar por los barrios a paso lento, con tiempo de sobra para contemplar las obras monumentales de los escultores contemporáneos Jorge de Oteiza y Richard Serra y las creaciones arquitectónicas de personalidades como Frank Gehry, creador de edificios tan emblemáticos como la Casa Danzante en Praga o la Sala de Conciertos Walt Disney en Los Ángeles, que aquí hizo brillar a la gran estrella de la ciudad: el Museo Guggenheim.

Un paseo por los límites de la ría del Nervión, cuyas aguas fueron purificadas en los años 80, harán recordar las chimeneas industriales y los diques de antiguos astilleros que hoy ceden su lugar al Paseo de Abandoibarra, del arquitecto Javier López Chollet. Ahí reinan el arte, la cultura y el ocio. Toma nota: a lo largo de la ría se levantan importantes obras de arquitectura contemporánea. Pon especial atención a la Torre Iberdrola, del argentino César Pelli, el mismo autor de las Torres Petronas de Kuala.

Lumpur; a las torres del japonés Arata Isozaki y a un hotel del mexicano Ricardo Legorreta.

www.bilbao.net/bilbaoturismo

DE 12:00 A 14:00 HORAS EL OBLIGADO

Aunque se podría reservar un día entero para la visita al Museo Guggenheim, un par de horas alcanzan para dejarse encantar por el edificio más significativo de la segunda mitad del siglo 20 en la región vasca. Con él se inicia lo que se conoce como el "Efecto Guggenheim" o "Efecto Bilbao", que se traduce en ese afán por disponer de obras de arquitectura nunca antes vistas y hacer de las ciudades un auténtico muestrario de piezas arquitectónicas

Pero el "Guggen", como le dicen de cariño los bilbaínos, no sólo es espectacular por fuera, por dentro también es una sorpresa. En las 20 galerías que resguarda, se exponen colecciones permanentes como "La materia del tiempo", que consta de siete esculturas...

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