'Despunta' el Bolshoi
| Autor | Mariana Islas |
Los solistas del Bolshoi de Rusia desdeñaron el reto de todo ballet clásico en la función ofrecida ayer en la noche en el Teatro Degollado al omitir el uso de puntas en la mayor parte de "Don Quijote", coreografía original de Marius Petipa, la cual también fue modificada en algunos de sus pasajes, señaló Marianné Alarcón.
"En todo el ballet no se han puesto puntas, las toreras tienen que bailar con los toreros en puntas", dijo la titular de la escuela de Danza de Guadalajara, "las variaciones no se pueden suprimir así nada más, arbitrariamente, pueden hacer cortes y por andar de gira no pueden traer el 'balletzote' completo, pero hay cosas que no se pueden quitar. Que reduzcan el cuerpo de baile, bueno, pero que quiten las variaciones de los solistas es imperdonable".
A pesar de que los asistentes aplaudieron al ballet completo, en la función a beneficio de la remodelación del teatro, organizada por el Patronato de la OFJ y Cosmos 2000, igual que en la presentación de Monterrey el fin de semana pasado, Konstantin Ivanov y Marina Vydrina fueron los mejores de la noche, aunque en esta ocasión no hicieron mancuerna, ya que ella no interpretó a Kitri.
Elena Andrienko, quien llevó el papel principal en esta función que mostró un teatro lleno, titubeó en algunas ocasiones y, en opinión de Alarcón, no logró mejorar a lo largo de la función.
"Ivanov es el único que trae categoría del Bolshoi, la chava no, se siguió matando, se siguió matando y se siguió matando. Si antes terminó los 32 fuetés (en su variación final), que yo pensé que no los iba a poder hacer. Es uno de los retos técnicos y sin embargo los terminó mal", criticó Alarcón.
"Su variación estuvo mal, hubo fallas, y él, ojalá pudiera bailar más, pero el ballet no te da para más, casi todos estos ballets están hechos para mujeres, el lucimiento no es para el hombre; entonces, si quitan las variaciones para las mujeres, quitan medio ballet".
Con 28 años de experiencia como bailarina profesional y 17 como profesora, Alarcón lamentó el largo faldón que vistió Liubov Sharova en la danza gitana, ya que no permitía apreciar bien el desarrollo de sus piernas.
Si bien muchos de los pasos se perdieron por el poco lucimiento del vestuario, la especialista resaltó la elasticidad de los bailarines, muchos de ellos apenas adolescentes, lo cual dejó ver que no se trató de los fogueados integrantes de un Ballet Bolshoi, sino de jóvenes que apenas inician el camino.
En la secuencia del sueño de Don...
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