'Despojan Noticias a sangre y fuego'

AutorAlberto Aguirre e Iván Rendón

OAXACA / Oaxaca

Enviado y corresponsal

Desde hace 14 años, Racial Martínez trabaja en el periódico Noticias de Oaxaca. En ese lapso, el grosor de sus lentes ha aumentado, así como el peso de sus responsabilidades.

Ha sido corresponsal en el Istmo, reportero de política y jefe de información.

Ayer, mientras un grupo de choque de la CROC sacaba a golpes a 31 de sus compañeros de la sede del periódico, tuvo que asumir la dirección de la publicación.

Martínez quiso saber cómo estaban sus compañeros, si alguno había recibido lesiones de consideración, pero sus jefes le pidieron que se olvidara de las cuestiones personales y que se concentrara en sacar adelante la edición.

Y es que desde el inicio del conflicto, los directivos y los trabajadores de Noticias prometieron no dejar sin su periódico a los lectores. Pase lo que pase.

“Regrésate a la redacción. Hay que rescatar todo lo que llevábamos”, le ordenaron.

Como pudo, consiguió prestadas tres computadoras, consiguió una copia del programa de diseño Quark Press y logró formar las 16 planas de la primera sección, poco antes de las 2:30 horas del lunes.

“Despojan Noticias a sangre y fuego”, decía el encabezado, a ocho columnas.

Así como Martínez, más de 70 empleados de la Editorial Taller se han mantenido en pie de lucha desde hace un mes, cuando el dirigente de la CROC en la entidad, el diputado priista David Aguilar López, colocó las banderas rojinegras en la puerta del edificio de Libres 407, en el centro de esta ciudad.

“Los reporteros no tenían dónde escribir sus notas. Hubo varios días que instalamos la redacción en un café internet”, recuerda Martínez.

Hace dos semanas, el ex alcalde Pablo Arnaud les prestó un piso de un edificio situado a media calle del Palacio de Gobierno.

Allí se hacía la mitad del periódico y la otra mitad se diseñaba y se formaba en las máquinas que operaba el grupo que se mantuvo dentro de las instalaciones.

Entre los 31 trabajadores estaban el director general editorial de la publicación, Ismael San Martín, y el subdirector editorial, Genaro Altamirano. Ambos fueron de los más golpeados durante el desalojo.

“Lo que más me ha dolido en estas semanas es sentirme perseguida, que en las oficinas públicas me vean y me traten como si fuera una delincuente. Trabajar en estas condiciones te produce una enorme frustración”, describe la reportera Silvia Chavelas.

A los expulsados, la solidaridad de los habitantes de esta ciudad los compromete aun más con su causa.

Hubo...

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