¡Despierta y vota!

AutorJorge Ricardo

César Camacho alza los brazos y aplaude. Dibuja en el aire un círculo a la mitad del salón de plenos donde los diputados priistas, los del Partido Verde, los de Nueva Alianza y los de Encuentro Social también festejan, silban, se abrazan, levantan los brazos y aplauden.

Se saben victoriosos: de 283 propuestas de modificación al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 (PEF), los priistas y sus aliados desecharon todas menos una: la que ellos mismos promovieron.

En la esquina de la izquierda, los diputados de Morena, autores de 141 reservas, toman asiento y se hunden, impotentes, en sus curules. A la derecha, los panistas, alegres, ruidosos -como si ellos hubieran ganado- se ponen de espaldas a la tribuna, se juntan y comienzan a posar para las selfies.

Algunos perredistas, los menos, se confunden con los morenistas, otros, más cerca de las curules de los priistas, también aplauden. Son las 9:43 horas del viernes 13 de noviembre, han pasado 11 horas y 53 minutos de discusión, han subido a tribuna 119 oradores y el Presupuesto de Egresos por fin está aprobado.

"Se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el miércoles 18 de noviembre de 2015 a las 11 horas", anuncia el presidente de la Cámara baja, el perredista Jesús Zambrano.

"¿Cuándo? ¡No se oye!", le responde en coro una turba feliz que se receta un puente largo de viernes, sábado, domingo, lunes y martes.

Es posible que alguien piense que los legisladores se merecen el asueto. Muchos no han dormido nada. La sesión ordinaria comenzó el jueves por la mañana, hubo un receso a las 14:16 horas, se reanudó a las 21:34 y acabó ayer por la mañana. Veinticuatro horas sin dormir es un esfuerzo por el que, según un estudio de The Journal of Neuroscience, en la mente hay una pérdida de contacto con la realidad, alucinaciones y delirios. Pero no para los diputados. Ellos han discutido y aprobado el gasto del Gobierno federal para el próximo año.

Afirmar que debatieron es un decir. En realidad fue una serie de discursos donde la Oposición proponía modificaciones, y los priistas y sus aliados -incluso con apoyo del PAN- levantaban la mano para desecharlas. La única forma de ganar era suplicar piedad a los priistas o que éstos se durmieran. Si no puedes con el enemigo, desvélalo. Pero ni así.

Los priistas son tantos que hasta se turnan para dormir. Salen del salón de plenos, cruzan los pasillos hacia el Edificio H y, más tarde, vuelven como nuevos. Otros duermen en sus...

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