Para despertar los sentidos
| Autor | Cecilia Núñez |
No aparece en las guías de viaje, tampoco es un paseo amigable para fin de semana, pero la Central de Abastos es una fuente de estímulos con su hervidero de aromas, colores, sonidos, sabores y texturas. Es un imprescindible para viajeros ansiosos por descubrir rincones auténticos de la Ciudad de México o defeños con ganas de experimentar la dinámica de un lugar que impacta por su dimensión, la variedad de sus productos y su ritmo desenfrenado.
Los recorridos guiados por la Central de Abastos son uno de los secretos mejor guardados de la oferta turística en la capital y pueden convertirse en el plan perfecto para aventurarse por los recovecos del mercado más grande de Latinoamérica y el tercero más grande del mundo.
Con 327 hectáreas de espacio comercial (55 veces el Zócalo capitalino), es inevitable sentirse perdido en esa inmensidad de casi 4 mil bodegas de abarrotes, frutas, verduras, semillas... Para conocer más a fondo el lugar hay que dejarse llevar por un guía experto, que irá revelando datos impactantes.
"Aquí se mueven 9 millones de dólares en efectivo al año, cifra que supera únicamente la Bolsa de Valores de México", cuenta Faustino Meléndez, un conocedor de las intimidades de la Central.
El trámite para conseguir un recorrido guiado es simple: sólo hay que enviar un correo electrónico de solicitud a la dirección general y esperar la respuesta en un par de días. Los paseos duran tres horas promedio y son gratuitos.
A través del laberinto
Faustino, quien ha guiado a extranjeros de varias nacionalidades, no se cansa de caminar entre los pasillos ni deja de sorprenderse por esta urbe dedicada al comercio. Comienza el recorrido destruyendo algunos mitos. "Dicen que hay una ciudad subterránea bajo la Central, con casinos y antros, pero puedo asegurar que es mentira.
"También prevalece el estigma de que es un sitio inseguro, pero desde hace cuatro años, dentro de la Central hay una red de seguridad con 240 cámaras de monitoreo, Ministerio Público, jefaturas de Policía Judicial y Federal, estación de bomberos, ambulancia y 20 bancos".
Así es que con toda confianza se puede deambular por este laberinto que despierta todos los sentidos. Aquel penetrante olor a chile se convierte en una fresca esencia a hierbas de albahaca o menta, la canción grupera que suena a todo volumen en el puesto anterior enmudece ante los gritos y chiflidos de los vendedores que ofrecen baratos sus productos o sonrojan a las mujeres que pasan, el sabor de las...
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